Hace 32 años República Dominicana adoptó a un cubano, que a través de la música está escribiendo las notas de un legado que sin duda dejará grandes huellas en el arte y la cultura criolla.

Se trata de Andrés Vidal, un catedrático de origen cubano que desde temprana edad se destacó como trompetista, y que hoy transfiere sus conocimientos a niños y jóvenes gracias a Festi-Band.

Oriundo de un pequeño pueblo en la región central de Cuba llamado Caibarién, en la provincia de Villa Clara, se inicia estudiando música a la edad de 7 años con el director de La Banda Municipal de Música, ingresando posteriormente a la Escuela Provincial de Artes, Escuela Nacional de Música e Instituto Superior de Artes en La Habana, Cuba, donde se graduó con honores como licenciado en Música, especialización en Trompeta.

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En 1991, tras audiciones realizadas en Cuba por los maestros Rafael Villanueva y José Antonio Molina, para un grupo de instrumentistas que venían a formar parte de la Orquesta Sinfónica Nacional, llega a la República Dominicana donde también fungió como profesor del Conservatorio Nacional de Música.

“Al ser miembro de la Orquesta Sinfónica Nacional, me permitió conocer de primera mano el arte y la cultura de RD, pero sobre todo la música, su inmensa riqueza rítmica, sus diferentes géneros, siendo el calor humano y la belleza del pueblo dominicano, mis compañeros de trabajo, mis estudiantes los que me llevaron a compenetrarme mucho más con el arte local”, explicó.

Pero no solo encontró amor en la riqueza cultural dominicana, sino que también fue flechado por quien se convertiría en algo más que su esposa. “Haber conocido a mi esposa, quien ha sido pilar fundamental para desarrollar mi vida profesional, los sueños, los proyectos, así como formar una hermosa familia que ha sido el soporte y principal aliado para la realización de proyectos como el Festival de Bandas”, destacó.