“Los Demonios de la Democracia”, del destacado intelectual, filósofo y político polaco, de Cracovia, Ryszard Legutko, es un texto genial, polémico como su autor; pero sobre todo, atrevido por su naturaleza misma.
Este, al ser escrito, por un personaje, cuyas intríngulis y debido a su regia formación, y su renuncia a la filosofía comunista, antigua ideología que abrazó durante décadas, para luego convertirse en un fiero conservador de la llamada “línea dura europea”, es un texto al que quienes analizamos la política desde una óptica un tanto más científica, debemos de analizar.
De acuerdo a los datos encontrados para el análisis-critico-reflexivo que en esta oportunidad nos ocupa, Legutko es un antiguo disidente anticomunista.
También cabe destacar, que además se ha desempeñado como Ministro de Educación en 2007. En 2009 fue elegido eurodiputado por el partido Ley y Justicia que gobierna hoy en Polonia. Desde 2011, es vicepresidente del grupo de Conservadores y Reformistas en el parlamento europeo. Ha publicado numerosos artículos en revistas académicas, culturales y de actualidad, tanto polacas como en lengua inglesa.
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“Los Demonios de la Democracia”, es un libro “temerario”, con una sobrecarga de conceptos, en donde observamos la cruel manera que este destacado intelectual, el cual fue una de las estelares figuras del comunismo europeo, se desborda en contra del sistema que abrazo, para pasar a contarle al mundo parte de sus interioridades.
Muchas de sus informaciones, las cuales por momentos nos parece que este las observa con ciertas dosis de rabias cuando se refiere a su antigua postura política – ideológica, dejan al desnudo, su antigua creencia, inyectando en el lector agrios conocimientos sobre esta importante corriente de pensamiento, que quiérase o no, ha jugado un estelar papel en el desarrollo del pensamiento ideológico – político de la humanidad.
Advierte Ryszard que dicha ideología (comunista) se ha ido sustituyendo en casi todo el mundo, tanto por el socialismo como por la democracia, lo que a su vez ha ido pariendo otras normas ideológicas y la cual, según esta, toma un auge cada vez más pronunciado, y se llama Liberalismo Democrático, o Demoliberalismo, pero con un poco más de sabor a Socialismo.
Es por esta y otras razones, que según se observa en el mapa geopolítico de esta parte del mundo, en donde con sobrada razón, vemos el comportamiento electoral de Latinoamérica, en donde los últimos procesos electorales han arrojado sucesivos triunfos a representantes de ideologías izquierdistas.
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Este comportamiento, político – electoral, necesariamente debe poner a pensar (si no es que lo ha hecho ya) a quienes se supone son los que tienen el control geopolítico de esta parte del mundo, (Estados Unidos), algo que los grandes pensadores al servicio del imperio tendrán que estudiar bien a fondo, si de verdad desean recuperar mediante sanas estrategias parte del poder perdido en algunos países del área.
«Con arreglo a estas leyes inexorables y universalmente vinculante, la lógica de la historia indica que el capitalismo será desbancado por el socialismo, igual que en la naturaleza algunas especies sustituyen a otras por selección natural” página 30
Esto se debe, según mis apreciaciones, a unas series de factores que tienen que ver con la falta de una sostenibilidad por parte de los Estados Unidos, los cuales han descuidado algunas de las áreas consideradas de mucho valor para el sostenimiento de la ideología democrática y por ende, de sus intereses geopolíticos en la región.
Esta corriente (democrática) y según se puede observar a través de las múltiples lecturas y/o análisis que a través de este y otros medios hemos venido haciendo, en estos momentos atraviesa por una de esas terribles enfermedades que la mantiene postrada y anémica en muchos de nuestros países.
Lo anterior expresado, representa un fiero peligro, precisamente para los Estados Unidos, frente a una China que sin hacer mucho bulto y con sobrada inteligencia política, penetra poco a poco en esta parte del mundo.
Los norteamericanos “al parecer se hacen los desentendidos y muy ocupados” con la guerra que se libra entre Rusia-Ucrania, y en la que, a la larga, según nuestras apreciaciones, serán los chinos quienes terminarán imponiéndose si la gran potencia del norte no se sacude y engrasa sus pensadores al servicio de las causas del mantenimiento de la ideología democrática.
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«Desde la antigüedad, la democracia había sido considerada como uno de los sistemas más defectuosos», página 73.
Más adelante, en la misma página continúa estableciendo, que este es «un sistema sin orden que minaba sistemáticamente el imperio de la ley», algo que, aunque los defensores de esta doctrina no lo quieran admitir, es una cruda realidad que en su momento han dejado serias secuelas, sobre todo en temas que tienen que ver con corrupción y violencia política, tal y como lo reseñamos en uno de nuestros análisis-críticos-reflexivos anteriores.
De ahí nuestras recomendaciones a quienes son los sustentadores de esta doctrina, para que establezcan mediante normas que sean más acorde con la realidad socio-política-económica que hoy día viven muchos de nuestros países Latinoamericanos, ante el avance de otras corrientes que ya son muy pronunciadas en esta parte del mundo.
Ahora bien, si leemos de manera seria y concienzuda uno de los primeros textos analizados por mí, y cuyo análisis se encuentra en el libro, de nuestra autoría, Reflexiones políticas tercermundistas, sobre el interesante texto “Democracia en las Américas” de Alexis de Tocqueville, en donde este notable pensador analiza la mentalidad socio-,política de los Estados Unidos, nos terminaríamos dando cuenta y sobre todo, aplaudiendo a la vez, que allí si ha funcionado la doctrina democrática, todo esto, gracias al fortalecimiento que desde el inicio mismo de esta gran nación como Estado Soberano ha impuesto, no importando a lo largo de toda su historia lo que hayan tenido que sacrificar.
Al parecer, quienes se han dedicado al estudio y perfeccionamiento de esta doctrina, se han olvidado que “Los mecanismos de la democracia no fueron creados para limitar la actividad política, sino para mantenerla y acelerarla”, página 88.
“La democracia es el más político de todos los regímenes conocidos. Ninguno involucra a tantas personas en responsabilidades cívicas y ninguno depende tanto de las mismas para su existencia”, página 108.
Esto aumenta aún más nuestras apreciaciones con relación al tema de la profundización de la educación política en base a lo que en realidad se necesita para mantener vivo el espíritu democrático, el cual al parecer, poco a poco la vemos sucumbir por la falta de vitamínicos políticos en esta parte del mundo.
De manera pues, que estamos ante un texto, el cual necesariamente y como ya me lo había propuesto, tendrá una segunda parte de nuestro análisis – crítico – reflexivo, pero en esa oportunidad desde el punto de vista de la religión, el cual lo abordaremos junto al libro Historia de la Iglesia Primitiva, desde el Siglo I Hasta la Muerte de Constantino, de los autores E. Backhouse y C. Tiler.