Ángel García 
Un sondeo realizado por Hoy Digital en algunos barrios populares de la capital dominicana para conocer las tradiciones más populares de Año Nuevo, nos permite concluir que esa festividad y el alcohol tienen un vínculo muy estrecho.
La mayoría de los consultados, independiente de la edad o el sexo, dicen que la pasan en familia o que se van de fiesta o concierto, pero sus respuestas tienen un elemento en común, la presencia de alguna bebida alcohólica.
Desde un colmado en Villa Juana, mientras disfruta unas cervezas, Arelis Portes, dominicana; recién llegada de Estados Unidos y acompañada de su madre y hermana, nos confiesa:
“Nosotros la pasamos juntos en familia, hacemos algún “cocinao” y después que comemos; a beber hasta el otro día, así esperamos el año nuevo”.
Doña Adria Sánchez, ha visto más de 70 años nuevos en la populosa barriada de Villa Consuelo, dice que no le gusta mucho el “can” por lo que prefiere pasarla tranquila en su casa, con sus hijos y nietos.
Un importante segmento de quienes residen en la capital se marcha a algún pueblo a pasar la noche vieja y parte del día primero con sus allegados.
¿Están cambiando las tradiciones?
La antropóloga social Tahira Vargas, plantea que las tradiciones van cambiando con el paso del tiempo, que aquellas que logran sobrevivir por más tiempo son las de tipo alimentario.
“En cuanto al alcohol, su consumo es parte de una práctica cultural histórica en el país que se ha fortalecido debido a que ha sido promovida. Las grandes casas licoreras hacen promociones importantes en términos de publicidad. Incluso hay marcas que son consideradas como marcas país”.
“El alcohol también es promovido en las letras de los merengues, que siempre hablan de la Navidad como un momento para beber, para darse un jumo y asocian la alegría con el consumo de alguna bebida”.
Explicó que la tradición de las “uvas y el incienso” del 31 de diciembre, no es una tradición popular, que ahora incluso se consume más uvas que en otros momentos, pero que años atrás, estaban más presentesen las clases medias debido a que la gente de a pie no tenía acceso a ellas.
Fiesta del Malecón
La avenida George Washington o del Malecón, como comúnmente le llaman, es uno de los destinos más populares para recibir al año, por lo menos, así lo afirman los consultados más jóvenes.
“Al llegar las 8:00 de la noche, nosotros nos juntamos un coro y nos vamos al concierto del Malecón, nos quedamos hasta las 6 ó 7 de la mañana. Es una tradición que tenemos un grupo de amigos”, asegura Carlos Payán, mientras comparte con los suyos en la famosa esquina de Chichio Lounge, Villa Juana.
Payán explica que la situación económica no está muy buena, que la cosa está mala, pero que siempre se busca la forma de hacer rejuego y hasta “serrucho” para poder salir.
Los que prefieren pasar el año en el Malecón, afirman que una de las ventajas del lugar es que le permite disfrutar de un gran concierto gratuito y en un lugar seguro.
El Rally del Borracho
El encuentro de un grupo de amigos en la calle Cotubanamá con Monseñor Ricardo Pittini del sector don Bosco, un 31 de diciembre de 1970, marcó el inicio de una tradición que se ha mantenido por más de 50 años, el Rally del borracho.
“A nosotras lo que nos gusta es bajar pal Rally del borracho el 31, a beber romo con los panas”, es la confesión de dos jóvenes que se encontraban en una fritura en la Duarte con 20 y que no quisieron revelar su identidad.
Para celebrar el evento, los organizadores cierran la calle Cotubanamá y contratan orquestas que se encargan de brindar alegría a los cientos que se reúnen allí desde las 10 de la mañana del 31 de diciembre.
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