Confesándome admirador del cantautor Joan Manual Serrat, jamás pensé que podría recurrir a sus palabras para superar estados de ánimo como la consternación provocada tras lo acontecido a Orlando Jorge.
Alimentado por el periodista Onorio Montás, pude conocer sus palabras pronunciadas al recibir el doctorado honoris causa en Costa Rica: Universidad otorga doctorado honoris causa a cantautor Joan Manuel Serrat» Crónica Viva (cronicaviva.com.pe):
“…estamos atravesando una crisis de modelo de vida…sorprende el conformismo con el que parte de la sociedad lo contempla…esperando que nos salven aquellos mismos que nos han llevado hasta aquí”.
Ese “modelo de vida” está centrado en procurar riqueza fácil sustentándose en privilegios, sin escrúpulos ni miramiento alguno.
Conlleva complicidad entre ciudadanos y autoridades expresadas en intercambios de favores, tráfico de influencias y nombramientos, vinculados en un sustrato tenebroso que se retroalimenta continua y diversificadamente para mantenerse.
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Recurre a protagonistas proveedores de medios ilícitos, portadores y/o traficantes ilegales de sustancias, dinero, armas y personas.
Encuentran eco en políticas y prácticas gubernamentales fomentadores de paternalismos estatales.
El conformismo denunciado por Serrat ha conllevado aceptar con normalidad estos procederes.
Y creer ingenuamente que el tinglado montado para sostener este submundo puede superarse cambiando protagonistas, ignorando complicidades sistemáticas entrelazadas que generan la crisis, en lugar de concentrarse en cambiar conductas, procederes y mecanismos.
Ignora, además, que la crisis, su forma ligera de combatirla concienciándose dentro este submundo; estimula cultura de violencia que termina arropando y revertiéndose contra todos: gobernados y gobernantes.
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Cultura de violencia que si se pretende contener represivamente dentro de la consabida prédica del “ojo por ojo”; el mundo, al decir de Gandhi, “quedará ciego”.
Lo pertinente sería aplicar la lección de Saramago en su “Ensayo de la Ceguera”: resaltar el poder de nuestros ojos cuando otros los perdieran.
Serrat ha visualizado un camino: priorizar cambio de modelo de vida, rebelarnos contra conformismo y desconfiar de falsos profetas que han contribuido a labrar y/o sostener la crisis.
Seguirlo sería la lección apropiada que pudiéramos derivar de la consternación presente.