Por Alfredo Cruz Polanco
A pesar de que la ONU sólo sabe teorizar, presionar y amenazar a los países pobres, miembros de ese alto organismo como la República Dominicana, para que cumplan sus aberrantes decisiones, que siempre responden a los grandes intereses de los países poderosos integrantes de la denominada «Comunidad Internacional», en las crisis económica, política, social e institucional que sepultan a Haití, esta no toma ningún tipo de decisión ni las medida urgentes que contribuyan a mitigarlas.
RD, en cambio, aún con todos sus problemas y limitaciones, ingratitud y desdén de los haitianos hacia los dominicanos, se ha convertido en el paño de lágrimas para ese país desde hace muchos años, pues siempre es el primero que acude en su auxilio cuando este es afectado por una desgracia, siniestro o un fenómeno natural.
La ONU, organismo que está obligado a acudir en su ayuda y buscar las soluciones pertinentes a tales crisis, ahora se lava las manos como Poncio Pilato, argumentando que la solución de sus problemas, así como la decisión de autorizar y enviar las tropas de Kenia para estabilizar a esa nación, no está en su poder.
Puede leer: Lo bueno de la democracia cuando se pone en práctica
En medio de la ola de violencia, hambruna e inestabilidad económica, política y social que afecta a ese país, agravada aún más con la fuga de más de 5 mil delincuentes de sus cárceles, sin ni siquiera haberlo solicitado formalmente ni discutido con nuestras autoridades, al mismo tiempo que nos exige paralizar las repatriaciones de haitianos indocumentados, también pretende que nuestro país se convierta en un puente o corredor aéreo humanitario con Haití, lo que sería una intromisión y violación a nuestra soberanía.
Este corredor sería para socorrer, trasladar, evacuar a diplomáticos designados allí y para que gran parte de las ayudas que se enviarán, se manejen a través de nuestros aeropuertos, principalmente el Aeropuerto Internacional de Barahona, algo que nuestro país debe sopesarlo muy bien por el gran peligro que implicaría, lo cual añadiría un problema más.
Si RD decide aceptar esta propuesta, debe hacerlo solo por altruismo, solidaridad, humanismo, justicia y como un buen vecino, jamás por presión ni por amenazas de ninguna potencia extranjera.
La ONU fue creada en 1945, luego de finalizada la Segunda Guerra Mundial. Entre sus atribuciones se encuentran: mantener la paz y la seguridad internacional; proteger los derechos humanos, procurar la seguridad alimentaria; distribuir ayudas humanitarias, apoyar el desarrollo sostenible y defender el derecho internacional de los países miembros a través de los distintos organismos que la conforman.
Respecto de las crisis en cuestión y las repercusiones en RD, dicho organismo está dejando mucho que desear y cada día se hunde más en el desprestigio, en la desconfianza y en el descrédito.
Tanto esta como la denominada comunidad internacional están obligadas a buscar una solución inmediata a dichas crisis, antes de que en ese territorio ocurra un genocidio y una hiperexplosión social que repercuta negativamente en nuestro país.
¿O será que es eso lo que se procura para luego actuar en consecuencia?