Las agudas respuestas de Gideon Rachman
“Toda mentira que contamos,
es una deuda con la verdad.
Y esa deuda, tarde o temprano se paga”…
Valery Legasov. (*)
NOTA: Lo más triste de un cautiverio repentino, es la falsa información, el claro y excesivo vector de imbecilidad en la orientación que nos gastamos en los medios escritos y televisivos, lamentablemente no puedo usar otro calificativo, prenda ahora mismo la televisión “y déjese llevar” …Insólito. Las excepciones, no ayudan a llenar el vacío recio de la lucidez y el aplomo cerebral, parece una broma de mal gusto, para estos momentos… Y en juego no tenemos poca cosa. Esta entrevista habrá que leerla pensando en la República Dominicana y su futura realidad, ni más ni menos. Siendo cautos y responsables, nunca como ahora, pareciera que la realidad envuelta en letal incertidumbre pone fin al festival León Felipe llamado: “Y sé todos los cuentos”…
Esta entrevista a un especialista de fino olfato en política internacional, retrata con claridad la posible construcción de un nuevo orden mundial y las consecuencias evidentes de un enfrentamiento entre China, potencia emergente y Estados Unidos y entre los golpes de los dinsaurios los pequeños países como el nuestro, cuya hora de alineamiento parece sonar, bastará esperar quien dará la preciada vacuna, nada es tan humanitario como parece… (Get Over)…
Bien analizada, es el espíritu crítico de esta entrevista, la pandemia tiene perfiles de subversión, en República Dominicana y el resto del mundo: “Los Condenados de la Tierra”, según Frantz Fanon, no pueden acatar órdenes de refugio hogareño, porque no lo tienen… (CFE)
1. Pregunta ¿Cómo valora el movimiento chino en estos meses?
GIDEON RACHMAN (**): Hay que separar la realidad de la propaganda. La realidad es que China y el Gobierno de Xi Jinping tienen una parte de la responsabilidad del coronavirus. Reaccionaron tarde y trataron de reprimir la verdad. Si hubieran reaccionado más rápido quizá lo podrían haber detenido. Pero hay que decir que, después, fueron capaces de tomar medidas más drásticas que las que habrían sido posible en una sociedad democrática. Su combinación de un gobierno muy autoritario y una ética comunitaria les permitió aplicar medidas rápidas y efectivas. Han pasado de ser un desastre global a una lección al resto del mundo. Además, han conseguido hacer una diplomacia muy buena mandando materiales médicos a España, Italia y otros países. Pero necesitan tener cuidado con su campaña de propaganda en la que dicen que el virus surgió en EEUU y no en China.
2. P. ¿Por qué?
G. R: Primero, porque no es verdad.
3. P. Sí, claro. Pero mi pregunta es: ¿cree que le puede salir mal la campaña de propaganda a China?
G. R: Están tratando de culpar a las autoridades locales a nivel nacional y cambiar la narrativa a nivel internacional, de la misma forma que los rusos hicieron cuando derribaron el MH017. Pero están cometiendo un error. ¿Por qué? Porque tan pronto como lanzaron la idea, Trump redobló sus esfuerzos llamándolo el ‘virus de China’. Creo que hay muchas posibilidades de que esto aumente el racismo contra los chinos en EEUU. Eso sería muy peligroso para el resto del mundo. Un paso peligroso ha sido el de expulsar a los corresponsales americanos de China. China incentiva una narrativa que ya estaba emergiendo en América con la guerra comercial: somos muy dependientes de China, tenemos que traer de vuelta a las empresas, etc. En la Administración Trump no era una idea muy compartida, pero después de esta guerra de propaganda, ese sentimiento será más ‘mainstream’. Va a aumentar el cabreo con China.
4. P. ¿Pero cree que podemos estar ante un reordenamiento geopolítico del mundo?
G.R: Las cosas que de verdad cambiaron el mundo en términos geopolíticos fueron las guerras mundiales. Si el coronavirus tiene el impacto de una guerra —con un desplazamiento económico masivo y un aumento enorme de deuda—, entonces puede haber un reordenamiento del mundo, de la misma manera que sucedió después de la II Guerra Mundial.
5. P. ¿Y estamos ante el fin de la globalización tal y como la conocemos o son exageraciones?
G. R: Quizá, puede ser. Depende de la proyección. Si milagrosamente encontramos la forma de parar al virus y conseguimos volver al estado normal en otoño, no. Pero si esto continúa un año y hay tantos muertos como estima el Imperial College en los peores escenarios —1,2 millones solo en EEUU—, es inconcebible pensar que la globalización volverá a ser lo que era antes.
6. P. En su última columna, asegura que cada vez está más claro que China está en auge y Occidente en caída libre. O al menos ese es el pensamiento común.
G. R: Lo he valorado mucho desde que lo escribí. Pasará eso si EEUU sufre económicamente, el virus golpea a sus ciudadanos y aumenta la polarización. Todo eso es probable que ocurra. Si es así, en un par de años la gente dirá que, a partir de este momento, se le empezó a perder el respeto a EEUU en favor de China. En cambio, China emergerá como el país en el que surgió el virus pero fue capaz de solucionarlo a nivel interno y ayudar de forma generosa al resto del mundo para que lo superaran. Así se gana la legitimidad.
Pero eso es solo una posibilidad. Todavía es muy pronto. También es posible que China se equivoque, se enfrente a América y aumente el odio hacia los chinos. Imagínate que, de repente, Trump eleva los aranceles a China al 50% o 60%. China sigue siendo la fábrica del mundo, su economía está basada en las exportaciones. Si ocurre eso, las cosas tampoco volverán a ser como antes. Todas las proyecciones chinas quedarán desbaratadas: desempleo masivo, muchísima gente sin sanidad universal gratuita, protestas en las calles…
7. P. En cierto modo, lo primero que le interesa a China es que Europa y EEUU se recuperen cuanto antes. Necesita sus mercados.
G. R: Pekín no se puede permitir antagonizar ni con EEUU ni la UE. Incluso en el mejor escenario que te imagines para China después de esta crisis, ellos seguirán dependiendo de EEUU y Europa y necesitarán su legitimidad. China teme que corten lazos comerciales en cualquier momento.
8. P. Su envío de materiales médicos podría ir en esta línea: un truco de magia para que el mundo se olvide de que ellos fueron los culpables iniciales del brote. Y está funcionando.
G. R: Ha empezado muy bien, con el envío de materiales médicos a Italia y España. Pero es una situación muy peligrosa. La gente no se va a olvidar de que esto empezó en China. Y los chinos, aunque son muy buenos en las relaciones bilaterales entre gobiernos, emiten mensajes muy extremos desde el Ministerio de Exteriores. El lenguaje que usan cuando se enfadan es muy agresivo. La propaganda china se puede convertir en un bumerán.
9. P. En el Ministerio de Exteriores hubo un gran enfado con la UE por la gestión inicial. ¿Cree que tras la crisis del coronavirus podría aumentar el euroescepticismo en España y convertirnos en la nueva Italia en referencia al apoyo de la UE?
G. R: Si el Gobierno es incapaz de controlar el coronavirus y la crisis económica es fuerte, aumentará el apoyo a los partidos radicales. Y sí, más euroescepticismo parece posible. Bastante probable, de hecho.
10. P. ¿Cómo ve la situación en Estados Unidos? ¿El coronavirus puede ser la puntilla de Trump para que no logre su reelección?
G. R: Los republicanos están alabando a Trump por su gestión. América está tan polarizada que Trump puede decir que disparará a alguien en la Quinta Avenida y no pasaría nada. Aunque Trump negó y gestionó muy mal el coronavirus durante el primer mes, quizá de forma catastrófica, ahora va a apoyarse en el mensaje que le funciona: encontrar un enemigo (‘China virus’) y repetir el eslogan una y otra vez. Una respuesta racional tras la crisis del coronavirus sería no elegir a Donald Trump, pero no estoy muy convencido de que eso vaya a suceder. Sí hay peligro de que use la excusa del coronavirus para cancelar las elecciones y posponerlas.
11. P. Entonces, ¿no cree que el coronavirus haya dañado la popularidad de Trump y sus posibilidades de ser reelegido?
G. R: Sí, creo que un poco sí, pero es demasiado pronto para saber cómo acabará esto. Si piensas dónde estaban España o Reino Unido hace 10 días y dónde estamos ahora, tratar de proyectar esa imagen dentro de ocho o nueve meses es muy difícil.
12. P. ¿Cree que el coronavirus va a ser ese ‘breaking point’ en el que China supera a EEUU, como los expertos vaticinaban como el gran hecho geopolítico del siglo XXI?
G. R: Podría ser. Creo que es concebible en la misma manera en que lo era hace 10 años. Ya lo escribí en mi libro en 2016: mucha gente decía que a la mitad del siglo XXI, China se convertiría en el país más fuerte del mundo. Sin embargo, un evento como el coronavirus puede acelerar la historia. Si el coronavirus golpea muy fuerte a Occidente y China tiene éxito en contenerlo y preserva la situación internacional, el proceso que estaba en marcha se acelera. Al mismo tiempo, el declive americano se acentúa. Si ocurre eso, el cambio en el poder mundial se producirá a la mitad de la década de 2020. Pero hay que ser cauto. Es muy pronto. No se podía predecir al principio de la II Guerra Mundial exactamente qué iba a pasar. Pasaron años hasta que Estados Unidos entró en la guerra. Siempre pasan cosas que al principio no habías ni imaginado.
(*): El 6 de mayo del 2019, HBO estrenó la serie Chernobyl, en la misma el actor Jared Harris (Valery Legasov) lanza en el epilogo de la misma, un encendido discurso donde declara esta metáfora sobre la verdad y la mentira. Como se recordará: el nombre de Chernobyl se hizo famoso a partir del 26 de abril de 1986, cuando la planta nuclear V. I. Lenin, situada al norte de Ucrania, entonces república soviética, estalló dejando un considerable cuadro catastrófico de tragedia nuclear…
(**): Gideon Rachman, ha sido ganador del premio Orwell de periodismo, reputado columnista del Financial Times de Londres, donde tiene un alto cargo ejecutivo…
En el año 2016, este editor en jefe de política internacional, publicó un excelente libro titulado Easternisation Guerra y Paz en el siglo asiático. Obra brillante y que al mismo tiempo explica por qué escogí esta entrevista, aparecida en el periódico español El Confidencial, el pasado 23 de marzo.
Rachman, ha sido ganador del premio Orwell de periodismo, reputado columnista del Financial Times de Londres, donde tiene un alto cargo ejecutivo…