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(Continúa la reproducción del Artículo nuestro que prevenía la situación actual).
A diferencia del sistema adoptado en Venezuela, en el que los electores reciben constancia escrita de su votación, el que se quiere probar en la República Dominicana no deja constancia alguna, lo que tiende a generar desconfianza con respecto a posibles manipulaciones electrónicas.
El país tiene una vasta y dolorosa experiencia sobre resultados electorales a los que los medios electrónicos no son inmunes ni mucho menos, como sucedió en un caso reciente en el PLD, e incluso con los premios de la Lotería (recordemos el “Caso Marzuka”), y como ocurrió en el 1990 con el PLD. No podemos arriesgarnos a tener nuevas frustraciones en esa dirección, que en unas elecciones nacionales podrían tener consecuencias fatales a la democracia.
Es evidente que el uso del Voto Electrónico supone una capacidad de control sobre todo el sistema, actualmente muy por encima de la gobernabilidad de los partidos. Una forma de reducir esas incertidumbres sería introducir en la entrega de los resultados, matrices que especifiquen los votos obtenidos por cada partido y en cada Colegio, recinto de votación, municipio, circunscripción y provincia, tal como hizo elPRD en primarias del 2000.
La Junta Electoral anunció su propósito de introducir el Voto Electrónico que funcionaría en un 5% de los Colegios Electorales, particularmente en el Distrito Nacional, y las provincias de Santo Domingo y Santiago, como forma de lograr aceptación para elecciones posteriores.
En caso de que aborte ese plan por algunas de las razones apuntadas, ello no arrojaría incertidumbre y conflictos que podrían afectar a estas comunidades que son emblemáticas, donde reside más del 45% de la población dominicana; y por otra parte no estaría presente en el resto del país donde hay más analfabetos y con escasa experiencia política, donde más se requeriría tener un adiestramiento previo.
A ese respecto no puede olvidarse que incluso en los Estados Unido el Voto Electrónico solo se utiliza en los estados más populosos, y su fracaso en varias comunidades de la Florida, donde se aduce hubo manipulaciones “non sanctas”, produjo una crisis de mayores proporciones, que solo la solidez de las instituciones de esa gran nación superó sin mayor trauma, ya que si algo similar hubiera sucedido aquí, se hubiese producido una verdadera catástrofe política y una eventual guerra civil.
Lo que correspondería en este caso es utilizar el Voto Electrónico en solo algunos Colegios de un mayor número de municipios, en las zonas rural y urbana, manteniendo los procesos manuales como “testigos”, pero que se utilizarían para subsanar cualquier falla que se produzca en el Voto Electrónico de dichos colegios. Tal como se utiliza en experimentaciones naturales y sociales, que requieren preservar los sujetos o grupos que intervienen.
De esa manera, esa innovación que costó más de US$ 62,000.000, que se han comprometido, de tener éxito, se implementarla en procesos electorales posteriores para servir a la democracia dominicana.