Ha sido Alfred Hitchcock, Pablo Picasso, Richard Nixon, John Quincy Adams o Adolf Hitler, y ahora trabaja en una producción de Netflix en la que suma al papa Benedicto XVI a la interminable lista de personajes históricos a los que ha interpretado a lo largo de su prolífica carrera, pero sin duda el papel más memorable de Anthony Hopkins es el del psicópata Hannibal Lecter.
“The Silence of the Lambs” (1991) es la cumbre de la carrera cinematográfica de este actor de origen galés, que sólo necesitó aparecer 17 minutos en pantalla para crear al villano más célebre de la historia del cine, según el American Film Institute, en una interpretación por la que ganó el Óscar y el BAFTA al mejor actor.
El filme, basado en la novela homónima de Thomas Harris (1988), logró también las estatuillas a mejor película, mejor director (Jonathan Demme), mejor guión adaptado y mejor actriz (Jodie Foster), convirtiéndose en una de las grandes películas de la historia del cine, y en la primera de una serie que continuaría con “Hannibal” (2001) y “Red Dragon” (2002).
Candidato en otras tres ocasiones al Óscar y en seis a los Globos de Oro, en la ceremonia de entrega de estos últimos en 2006, Anthony Hopkins recogió el premio Cecil B. DeMille en reconocimiento a toda su carrera cinematográfica y, en 2008, el actor recibió el máximo galardón de la British Film Academy: el BAFTA Academy Fellowship Award. Diez años antes había sido distinguido con el Premio Donostia del Festival de Cine de San Sebastián.
Hopkins, que antes de convertirse en uno de los grandes de Hollywood había desarrollado una brillante carrera en teatro, cine y televisión, por la que ha ganado dos Emmy, recibió la distinción de Comendador de la Orden del Imperio Británico en 1987, y en 1993 fue distinguido con el título de ‘sir’, que prefiere no usar. “Sólo lo uso en Estados Unidos, porque los americanos insisten en ello”, aseguró en una entrevista con el diario británico “The Guardian”.
Actor de teatro y TV. Sir Philip Anthony Hopkins nació el 31 de diciembre de 1937 en Margam, un suburbio de Port Talbot (Gales), hijo de Annie Muriel y Richard Arthur Hopkins, y siempre mostró más interés por el dibujo, la pintura y tocar el piano que por continuar sus estudios.
La dificultad para aprender, como consecuencia de su dislexia, provocó en el Hopkins un enorme complejo de inferioridad, según él mismo confesó en una entrevista con “The New York Times”.
“Crecí absolutamente convencido de que era estúpido”, aseguró el actor que actuó por primera vez con 17 años, en 1957 se graduó en el Royal Welsh College of Music & Drama, en Cardiff, y dos años más tarde entró en la Royal Academy of Dramatic Art de Londres.
Pese a la extendida leyenda de que fue el actor Richard Burton quien le animó a dedicarse a la interpretación, Hopkins asegura que no fue así.
“No sé de dónde ha sacado todo el mundo la idea de que éramos buenos amigos. Supongo que es porque los dos somos galeses y crecimos cerca de la misma ciudad. No le conocía en absoluto. Una vez fui a la casa de su hermana para pedir un autógrafo, el cual me dio, y la única otra ocasión en que le vi fue en su vestuario en Nueva York cuando estaba actuando en ‘Equus’”, explicó Hopkins en una entrevista a “The Guardian”.
Precisamente con “Equus” había debutado Hopkins en Broadway en 1975, cuando ya había destacado en el teatro británico con clásicos como “Coroliano” o “Macbeth”, y había alcanzado fama en la gran pantalla como Ricardo Corazón de León en “The Lion in Winter” (1968), o como actor de televisión en producciones de la BBC como “The Great Inimitable Mr. Dickens” (1970) o “War and Peace” (1972). Su debut en el cine fue “The White Bus” (1967).
Destacó con películas como “The Elephant Man” (1980), “A Change of Seasons” (1980) – con Shirley MacLaine, de la que afirmó: “es la actriz más odiosa con la que he trabajado” – o “The Bounty”, con Mel Gibson, antes de convertirse en leyenda con su papel de Hannibal Lecter en “The Silence of the Lambs” (1991).
Leyenda del cine. Un año más tarde fue Abraham Van Helsing en “Bram Stoker’s Dracula”, dirigida por Francis Ford Coppola, y en 1993 protagonizó “Shadowlands” y “The Remains of the Day’, con Emma Thompson, por las que fue nominado al BAFTA al mejor actor, premio que consiguió con la primera de ellas.
La aclamada “The Remains of the Day” es una de las mejores películas británicas del siglo XX según el British Film Institute, y Hopkins optó al Óscar al mejor actor por su papel, al que también fue candidato por “Nixon” (1995). Dos años más tarde fue nominado como actor de reparto por “Amistad” (1997).
Películas como “Legends of the Fall” (1994), “Surviving Picasso” (1996), “The Mask of Zorro” (1998) o “Meet Joe Black” (1998) completaron la filmografía de uno de los grandes actores de la época, que ha alternado éxitos comerciales de Hollywood.