No se supone que esté descubriendo nada al decirlo, pero lo voy a decir de todas maneras: nuestros más importantes gremios profesionales han sido tomados por asalto por los partidos, que instrumentalizan y mediatizan sus objetivos, suplantando sus agendas gremiales y profesionales por la agenda política del partido de turno, que variará “a sigún” ese partido esté en el gobierno o en la oposición.
El tranque que se ha producido en las elecciones del Colegio de Abogados celebradas el pasado sábado, convertidas en campo de batalla para medir fuerzas entre el oficialismo y la oposición, ha vuelto a poner en evidencia lo dañino y perturbador de esa injerencia, pues antes de que la Comisión Electoral ofreciera los resultados del proceso desde el oficialismo empezaron a llegar las felicitaciones públicas al supuesto candidato ganador, el doctor Johan López, a las que siguieron las felicitaciones del expresidente Leonel Fernández y Abel Martínez al otro “ganador”, el candidato de la oposición Trajano Vidal Potentini.
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Ayer el presidente de la Comisión Nacional Electoral, Ydelfonso Brito Rosario, denunció que recibe amenazas y presiones por parte del gobierno para que no dé a conocer el segundo boletín, además de que “obstaculiza e impide” que acceda a las valijas electorales que le permitirán validar y transparentar los resultados finales.
¿Tan importante es, para unos y otros, ganar ese proceso, que se permiten ofrecernos ese deprimente espectáculo? ¿Tan decisivos son los votos de los abogados para ganar las próximas elecciones? Y si es verdad, como señaló el candidato presidencial del PLD, que lo que acaba de ocurrir en el Colegio de Abogados es un anticipo de lo que le espera al PRM en el 2024, tendremos que estar preparados para lo peor.
Que, como siempre, deberemos agradecérselo a nuestros políticos, que a pesar de que llevamos más de medio siglo de vida democrática todavía no aprenden a perder unas elecciones.