Dedicado a todos líderes educativos de nuestra Patria
Parte II
La revolución tecnológica y digital ha causado revuelos en las aulas de clases, fundamentalmente en las naciones desarrolladas. Y es que los estudiantes contemporáneos no sueñan con ver la clase proyectada en la pizarra o con tener un salón de audiovisuales en el plantel escolar, sino que quieren interactuar con el tema, tenerlo en su correo, compartirlo, y estudiarlo de manera interactiva para así agotar todas las formas posibles del tópico.
El aprendizaje digital, además de poder ser entendido como una idea específica que describe una nueva forma de asimilación del conocimiento, refleja también una característica elemental del proceso de enseñanza/aprendizaje que se da en la sociedad del conocimiento. Una sociedad en la que, según la prestigiosa firma Gartner, al final del 2016 espera un crecimiento de 317 millones de tabletas frente a 308 millones el año pasado, y de un 22.2% en los teléfonos inteligentes para llegar a los 155,9 millones de unidades vendidas en el 2015.
Las tecnologías pueden ayudar a representar conceptos nuevos, difíciles de comprender con procesos de enseñanza/aprendizaje más conductistas y eficientes. Es por eso que, en este nuevo “Aprendizaje digital”, los estudiantes son capaces de trabajar con visualizaciones y modelaciones en software similares a las herramientas usadas en los lugares de desempeño profesional para incrementar su comprensión conceptual y las posibilidades de transferencia desde el colegio y universidad, al medio social y laboral que cada día es más competitivo.
En un artículo publicado en el 2015 en MIT Technology Review, Kristin Majcher, describe los componentes de un “salón de clases conectado” así:
– Documentos digitales: Las nuevas plataformas de software permiten a los profesores mantener sus listas de estudiantes, récord de asistencias, calendarios y correos en un mismo sitio. Un salón de clases Google es uno que abre la oportunidad a los estudiantes para tener a la mano sus tareas y notas cuando el profesor/a ya los ha revisado. Un ejemplo de esto es Schoology, plataforma gratuita de aprendizaje, y a la vez una red social de docentes y estudiantes mediante la cual se comparten opiniones y recursos.
– Comunicación: Más del 20% de los profesores en Estados Unidos utilizan una aplicación llamada Remind para que los padres y estudiantes reciban un recordatorio en sus dispositivos móviles sobre las fechas de entrega de los proyectos y trabajos sin exponer información personal. Aplicaciones como Pearson’s Power Teacher les da a los padres información en tiempo real acerca de las notas conductuales y académicas de sus hijos.
– Sitios Web de Clases: Los profesores pueden planificar clases usando Haiku Learning o Google, sin codificar. Muchos colegios ahora hacen anuncios en Facebook y Twitter.
– Juegos: Los estudiantes pueden ganar puntos por buen comportamiento en ClassDojo o por responder correctamente preguntas en sus móviles inteligentes en la aplicación Kahoot que ya ha alcanzado 30 millones de usuarios.
– Dispositivos de los estudiantes: Es una tendencia actual que las escuelas aboguen porque los estudiantes tengan una tableta en la que se les instalen los libros y recursos didácticos, y estén conectados a internet, y que haya comunicación con los profesores y las notas y correcciones sean entregadas por ese medio.
– Proyectos: Los estudiantes pueden calendalizar sus proyectos y asignaciones en sus dispositivos. Algunas aplicaciones para eso son Inspiration, Google Drive o Writing.com
– Diseño del aula de clases: Las aulas de clases deben estar divididas en áreas. Los estudiantes se reúnen en grupos de discusión de acuerdo al tema tratado en sillas de distintos colores.
El futuro de la educación mundial se está construyendo en estos momentos. No tengo la menor duda que el aprendizaje en línea será la más importante innovación en la educación en los últimos 100 años.
Los cambios son tan disruptivos y continuos que hacen que estemos viviendo continuamente el futuro en el presente; por eso es fundamental entender la importancia de lo que dijo Robert Kennedy: “El futuro no es un regalo, es una conquista”.
Investigadora Asociada: Andrea Taveras Pichardo.