Apuesta a la transformación

Apuesta a la transformación

Si queremos ser personas de transformación, debemos estar dispuestos a perder la reputación, esto implica, hacer lo más indicado aunque disminuya nuestra popularidad, ejercitar lo correcto aun cuando no nos aplaudan. Si queremos transformar nuestro entorno debemos entender que no estamos en un concurso de belleza, buscando puntuación o impresionando a un público heterogéneo; tampoco estamos impresionando a una sociedad profundamente marcada por un vacío emocional, que fácilmente nos podría drenar y convertirnos en figurillas controladas por hilos que nos llevan donde esa sociedad desea, y no necesariamente lo más cercano a la ética, a lo pulcro y a lo equitativo.

Para poder crear cambios y transformaciones debemos convertirnos en disruptores; como he dicho anteriormente, hacer un corte social. Alguien me preguntó: Samuel, ¿que tú quieres decir cuando expresa “corte social”? A ese amigo y a toda la sociedad dominicana que está sedienta de cambios reales, les quiero expresar que corte social implica cortar con lo que no ha funcionado, hacer una ruptura brusca, convertirnos en disruptores, romper con todo lo anterior y ser intencional para crear otro ambiente que se aleja de la normalidad. Quiero aclarar que lo brusco no implica una acción sin planificación.

Muchas personas creen que para poder convertirse en entes de transformación necesitan ser parte de una estructura política, eclesiástica, educativa, deportiva o cualquier otra esfera social; claro, cada uno de nosotros está operando en una o en varias de esas esferas, muchas veces no nos damos cuenta y no estamos pendientes de que tenemos un círculo de personas que nos observan en el medio natural. Los que nos observan están absorbiendo por ósmosis códigos, hábitos, expresiones y acciones que cada día modelamos ante una sociedad que está buscando líderes, servidores y ciudadanos a quien puedan seguir.

Transformar implica tener credibilidad, cuando una persona es creíble, crea confianza en sus amigos y en sus seguidores. También debemos tener firmeza, para poder afrontar los desafíos de una República Dominicana indisciplinada y anárquica; firmeza para decirle, ¡no!, a la política tradicional. Otro elemento muy importante es la honestidad, vivimos en un país que ocupa un índice muy alto de corrupción; por más políticas sociales que se hagan, por más reformas y seminarios que se celebren, nunca tendremos ningún resultado debido al nivel de corrupción que impera en los poderes del Estado, y lo triste es que esas acciones corruptivas son secundadas por un pueblo que ha sido mal formado, un pueblo poco crítico y muy conformista.

Si queremos transformar debemos abrazar la credibilidad, la firmeza y la honestidad. Para abrazar esos elementos debemos romper con el pasado, con lo que nunca ha funcionado, debemos mirar la política como un servicio no lucrativo; debemos ver a las demás esferas sociales como espacios que nos permitan modelar para simplemente transformar, y punto.

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