JOSÉ M. RODRÍGUEZ HERRERA
El dinamismo de Madrid en estos últimos veinticinco años la ha convertido en una de las capitales europeas de vanguardia desde el punto de vista socio-cultural. Eso se debe, a sus artistas, músicos, directores de cine, diseñadores de moda y, sobre todo, a sus habitantes. En 1561 Madrid fue nombrada capital de España, por lo que no hay muchos monumentos anteriores a esta fecha; sin embargo, la vitalidad de Madrid no se encuentra en otras capitales.
El Madrid moderno y cosmopolita que conocemos es resultado de un largo proceso iniciado ya en el siglo XVII. Madrid siempre se ha caracterizado por ser una ciudad receptiva y abierta, en la que el recién llegado ha podido integrarse sin renunciar por ello a sus raíces. En la década de los ochenta, coincidiendo con el inicio de la democracia, tuvo lugar un movimiento cultural de gran importancia en todo el país: la Movida. Las cosas se han calmado desde aquellos agitados días, pero los bares de Chueca y Malasaña, escenario preferido de las participantes de la movida, siguen repletos cada noche. En las tascas y los cafés alrededor de la Plaza Mayor y en la Plaza de Santa Ana el ambiente se ha serenado, sin dejar de ser de lo más vital.
La vida cultural de Madrid no se reduce sólo a los bares. Los madrileños se enorgullecen del triángulo de oro formado por el Prado -con sus magníficos cuadros de Velázquez, El Greco y Goya-, la impresionante colección del Museo Thyssen Bornemisza y el Centro de Arte Moderno Reina Sofía, donde se expone El Guernica, de Pablo Picasso. Además su situación geográfica facilita la visita a Toledo, Segovia, El Escorial, construido por Felipe II, y los jardines Reales de la Granja.
Su emplazamiento, en el centro de la península, favoreció su elección como capital del reino por Felipe. De hecho, está situada a unos 350 km. del Mediterráneo, por el Este, y del Atlántico, por el Norte. Es la capital europea situada a mayor altura, a 646 metros sobre el nivel del mar, y presenta un clima continental seco muy marcado, con veranos muy calurosos e inviernos muy fríos.
Existe un refrán español que lo resume: Madrid, nueve meses de invierno, tres de infierno.