En la República Dominicana, artesanos, comercializadores, promotores, técnicos, investigadores y expertos han dedicado tiempo y recursos para navegar en las interioridades de la artesanía dominicana, buscando definir sus características y hallar en sus arenas alguna estela de lo que convendrían en llamar ¨la marca país¨.
Sin embargo, con la apertura y el crecimiento del mercado moderno urge clasificar los productos de esta industria para delimitar los conceptos, unificar los criterios y poner en valor la calidad y los rasgos culturales de sus expresiones.
En nuestro camino hacia la definición de la artesanía dominicana estas precisiones nos ponen en sintonía, con las tendencias actuales y nos ayudan a ordenar las ideas. Veamos la artesanía como ¨un objeto o producto de identidad cultural comunitaria, hecho por procesos manuales continuos, auxiliados por implementos rudimentarios y algunos de función mecánica que aligeran ciertas tareas. La materia prima básica transformada generalmente es obtenida en la región donde habita el artesano.
El dominio de las técnicas tradicionales de patrimonio comunitario permite al artesano crear diferentes objetos de variada calidad y maestría, imprimiéndoles, además, valores simbólicos e ideológicos de la cultura local.
La artesanía se crea como producto duradero o efímero, y su función original está determinada en el nivel social y cultural; en este sentido, puede destinarse para el uso doméstico, ceremonial, artístico, ornamental, vestuario, o bien, como implemento de trabajo. En la actualidad, la producción de artesanía se encamina cada vez más hacia la comercialización.
La apropiación y dominio de las materias primas nativas hace que los productos artesanales tengan una identidad comunitaria o regional muy propia y, la misma permite crear una línea de productos con formas y diseños decorativos particulares que los distingue de otros”.
Para que separar las artesanías de otras expresiones es importante poner intención a los detalles que son la clave cuando estamos frente a una “manualidad, que debe entenderse como aquel objeto o producto que es el resultado de un proceso de transformación manual o semi- industrializado, a partir de una materia prima procesada o prefabricada. Tanto las técnicas, como la misma actividad, no tienen una identidad de tradición cultural comunitaria y se pierden en el tiempo, tornándose en una labor temporal marcada por las modas y practicada a nivel individual o familiar.
La creatividad en las manualidades alcanza importantes valores estéticos en el dominio de la transformación técnica y la ornamentación, pero estos adolecen de valores simbólicos e ideológicos de la sociedad que los crea.
La calidad de las manualidades es tan variable como la de las artesanías: existen desde productos muy sencillos hasta muy elaborados en cuanto a formas, diseños y decoraciones. Contraria a la tradición artesanal, las manualidades se rigen en los tiempos presentes y tienden a la estandarización de su producción con los fenómenos de la globalización y la cultura de masas”.
Finalmente, les invito a observar y descubrir líneas particulares en aquellos productos que, por lo general, son guiados por búsquedas estéticas y aplicaciones artísticas que conducen a resultados específicos que no siempre coinciden en representar la realidad sociocultural de donde se originan.
Tal es el caso de los híbridos, descritos como el ¨producto que conserva rasgos de identidad, resultando de una mezcla de técnicas, materiales, decoraciones y reinterpretaciones simbólicas en objetos hechos con procesos artesanales que combinan aspectos del dinamismo cultural y la globalización, pero no llegan a consolidarse como productos culturales comunitarios.
Una de sus características principales es la mezcla de elementos provenientes de distinta naturaleza, tanto de artesanía como de manualidad, en tal cantidad o de tal manera que no pertenecen ya a ninguno de ellos y forman una nueva categoría. Sí, es probable, que en algunos casos su proceso evolutivo llega a configurarse como ¨tradición artesanal¨ de una región o territorio.
Es un punto de partida lo que nos señala esta matriz de diferenciación entre artesanías, manualidades e híbridos, para ajustar la brújula y marcar los rumbos…para redescubrir la artesanía dominicana sin perder el puerto.