POR SEGUNDO ANTONIO VASQUEZ
Los elementos de especial valor arquitectónico son aquellos que forman y adornan no sólo frentes de edificaciones sino interiores, principalmente los arcos de puertas y ventanas.
En el Convento de los Domminicos, construido en el siglo XVI y situado en la calle Padre Billini frente al parque Duarte, encontramos, interiormente, que a la derecha hay un arco bajito de medio punto enladrillado el cual da al baptisterio. Le sigue otro igual pero más alto. Al lado, la capilla rosariana que en su frente tiene la forma de un arco de triunfo, decorado con imágenes románicas.
Siguiéndole el de la capilla de La Dolorosa, arco escarzano de preciosa decoración con columnas redondas estriadas de piedra cuyo alto tiene molduras con motivos genéricos isabelinos mudéjares, y el muro vecino presenta dos pequeños arcos cerrados de medio punto.
Allí, en el lateral oeste aparece otro de igual estilo pero bajito con la característica de que en las columnas de piedra adosadas al muro es que surge su grueso arco cubierto de ladrillos con bordes curvos salientes, el cual comunica interiormente con la capilla lateral y frente a él hay otro de forma igual para también cruzar a la capilla contigua.
Pero en el muro sur cruzando el arco estrecho del pasillo aparece una entrada a la sacristía cuyo marco que la bordea presenta uno decorado de estilo morisco isabelino al tener la superficie interna cóncava cuyas gruesas curvas laterales al unirse al medio forman una ojiva o sea trazado por dobles curvas laterales cruzadas centralmente por un ángulo.
En el lado izquierdo las capillas tienen dos arcos de medio punto en ladrillos y uno escarzano de piedra en la puerta.
El pequeño templo de San Andrés terminado el 12 de mayo del 1512, es donde estructuralmente hubo el triunfo del ladrillo. Este interiormente es singular al tener unidos en los muros laterales arcos rectangulares en ladrillos cerrados.
A la derecha hay un arco escarzano, el siguiente es de medio punto, el tercero de igual formación pero curioso porque en su pared del medio se puede observar otro arco más bajito introducido hacia adentro. Pero el cuarto es un arco de herradura enladrillado levemente apuntalado al muro oeste de la capilla apoyado en una pieza vertical de piedra y en otra de ladrillo, el cual es de influencia mudéjar.
A el margen izquierdo del templo se pueden apreciar un amplísimo arco escarzano y tres más de medio punto.
En el templo de Nuestra Señora del Carmen hecho en el 1630, interiormente debajo del coro alto se aprecia un arco escarzano de ladrillos y en la parte del techo hay otro igual enladrillado pero de medio punto, continuándole en ese remate dos más del mismo estilo, y uno ojival de piedra en el tramo que precede al presbiterio apuntalado a los muros laterales con una tenue reminiscencia gótica, o sea que cada brazo surge de una pilastra de piedra empañetada cuyo remate sobresale un poco hacia dentro y desde allí es que se abre la curva.
En cada una de las capillas laterales hay uno conopial ligeramente apuntalado al muro con ladrillos recortados.
En el interior del Alcázar de Diego Colón, la habitación del segundo nivel tiene unas de las puertas con un precioso arco gótico el cual presenta una gruesa superficie interna con siete espacios cóncavos cuyas curvas sus filos cortados terminan con un globito.
La puerta, también su superficie interna esta vez tiene arcos resalidos estilo carpanel peraltado.