El 5 de agosto de 2004 culminaron los estudios del archifamoso Tratado de Libre Comercio entre Centroamérica, Estados Unidos y República Dominicana (DR-CAFTA), vigente el primero de marzo 2006; RD se incorporó un año después. Los países firmantes tuvieron que legislar sobre las contrataciones de bienes, servicios, inversiones y compras gubernamentales. Una evaluación de los 10 años del DR-CAFTA, realizado en 2015 por el Ministerio de Economía y Planificación arrojó, que las exportaciones dominicanas se diversificaron, pero no crecieron en términos globales y la balanza comercial con EE UU continuaba negativa.
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Según el estudio, al momento del DR-CAFTA, el país gozaba de un acceso preferencial a los EE UU, con el 92% de las exportaciones libres de arancel. Los arroceros criollos quebrarían, cuando enero 2025, el arroz estadounidense entre sin arancel. Solamente los salvaría el acápite de Salvaguarda Agrícola Especial. Sumándose, peor aún, la descapitalización de AGRODOSA.