Artilugios de la memoria: El mundo de Lisette Vega

Artilugios de la memoria: El mundo de Lisette Vega

Lisette Vega de Purcell

Artilugios de la memoria, de Lisette Vega de Purcell, es un libro que identifica claramente a su autora, puesto que la palabra sirve a la persona para expresar su pensar y su sentir, lo que equivale a expresarse a sí misma y mostrar su mundo interior, el cual incluye experiencias, conocimientos, prácticas vivenciales y las huellas dejadas en el interior del individuo por los estímulos del mundo exterior.

A medida que se penetra el libro, se da uno cuenta de lo que ha pasado a Lisette Vega: unos ardides (artilugios) de su memoria le han removido estos interesantes textos que reposaban en su conciencia y que ella ha escrito y publicado en este libro, por cierto, difícil de definir desde el punto de vista de los géneros. Bueno, me perdonan que, entre tantas novedades y formas de pensar de esta posmodernidad, siga yo aferrado al criterio diferenciar los géneros, los géneros literarios quiero decir.

Pero hay una vuelta para ubicarlos, porque de los 35 trabajos aparecidos en este libro, unos son relatos, otros artículos y otros más más encajan como ensayos literarios. Común a todos es un estilo franco, resuelto y de buena compostura, no obstante, la incursión en reflexiones y asuntos revestidos de sobriedad.

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Veamos esta muestra que es el párrafo final del artículo que da título al libro: “¡Agradezcamos los tantos artilugios de ese privilegio del que disfrutamos los humanos para permitirnos el goce de la fuente inagotable de la vida!” (Pág. 24).

No se trata de las memorias de Lisette Vega, sin embargo, la remembranza anda difusa y aparece en cualquier momento del libro. Por ejemplo, el texto titulado “Otro artilugio de la memoria”, que aparece en la página 31, rememora la historia de San Pedro de Macorís, a propósito de aquel reluciente capítulo que se ha denominado en nuestra historia de principio del siglo XX “la danza de los millones”. De muchas partes vinieron los danzantes, ha dicho el poeta y San Pedro de Macorís se tornó en una urbe de perfil universal y multirracial.

Los relatos aparecen con una fina mixtura de realismo con lo metafísico, puedo decir, por ejemplo, que el titulado “La rosa y el viento” resulta realista, es una descripción de la pobreza en un barrio urbano y termina con la pregunta sobre la luz que al inicio y final formula una niña a su padre. Esto trasunta metafísica y la autora lo ha ligado con esa realidad tan cruda que se vive en los barrios deprimidos, donde la gente se amontona en casas en condiciones inapropiadas, ronda el bullicio y otros elementos negativos, sin embargo, la autora, que no ha vivido en ese ambiente, puede describirlo, y al mismo tiempo sacar apreciaciones de carácter metafísico, reflexiones profundas que trascienden esa mera situación de hacinamiento, de la pobreza y de estrecheces.

He dicho antes que el libro identifica a su autora, y para que sea así, no puede faltar la crónica de la equitación. Un volumen de artículos, ensayos y reflexiones escrito por Lisette Vega estará incompleto si no incluyera esta faceta tan suya. Y este contiene una pieza digna de encomio, que toca la historia del deporte ecuestre en la República Dominicana, al que ella ha estado ligada por muchos años, no solo como jinete, sino también como jueza de grandes competencias.

En ese sentido, hay que ver el texto titulado “Cabalgata”, una crónica quizás real, quizás imaginaria en la que se generan largas conversaciones de la autora con un ente desconocido que resulta ser un caballo. Está narrada en primera persona y matizada por una descripción aderezada de sentimientos. Y aunque no lo dijera, el lector tiene que llegar a la conclusión de que solo puede ser un caballo a quien habla con tal cercanía y compañerismo e incluso, ternura.

He aquí un fragmento de Cabalgata: “La excesiva tranquilidad me aterra. La exuberante belleza me abruma. Tropiezas con un tronco, y caemos siempre unidos, a un abismo fantasmal. Rodeado estoy por una turba enardecida que exige no sé cuáles derechos. Un macilento cuerpo de mujer atraviesa en carrera enfurecida mostrando los harapos ensangrentados que apenas cubren los despojos de sus huesos. Diviso un humeante campo de café sin señal de una gota de agua por los alrededores” (pág. 62).

A esta autora no le es extraño nada inherente al ser humano, y lo ve desde distintos puntos de mira, por el prisma del arte, de la literatura o de la filosofía. El texto titulado “En la búsqueda de una ilusión” es una buena expresión de eso. Es un ensayo breve de carácter filosófico. A menudo, los escritores andamos lejos de percatarnos de que asumimos roles de filósofos, y es bueno respetar los campos de trabajo, sin embargo, resulta difícil interactuar socialmente, emitir valoraciones sobre acontecimientos y sobre personas o formularse interrogantes sobre lo que pasa en el mundo, sin asumir una posición filosófica. Porque filosofar es enjuiciar, preguntar, explicar la vida, la sociedad.

Como prueba de que vive en un mundo real del que no es indiferente, los ensayos y artículos de Lisette Vega tocan realidades como la corrupción gubernamental, todo dicho con lenguaje elegante, nada altisonante y desde luego al margen de acusaciones directas. Recurre a un símbolo universal, para aplicarlo a lo nacional, me refiero a la expresión “se busca un hombre honesto” la cual, antes de Franklin Domínguez, fuera usada por el filósofo Diógenes el Cínico, quien caminaba por las calles de Atenas, en pleno día, lámpara en mano, buscando hombres honestos.

La palabra sirve para expresarse uno mismo, no solo lo que ocurre en su entorno, la posesión de la palabra es un privilegio y Lisette Vega de Purcell ostenta ese privilegio. A propósito de palabra, la palabra y la musicalidad son elementos enfocados por esta autora con minuciosidad, penetra ese mundo del sonido de las palabras, de la relación con la música, la música que crea el hombre y la música natural, la que produce el viento, los cantos de los pájaros, en fin, es puro ensayo asociado a la crítica literaria

Artilugios de la memoria, de Lisette Vega de Purcell, revela el mundo de su autora. Es un tipo de libro que todos nosotros podemos y debemos aspirar a publicar.

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