“Asalto en Progreso”, 30 años después del suceso

“Asalto en Progreso”, 30 años después del suceso

Josell Hernández

En lo que va de año las producciones cinematográficas dominicanas han estado “viento en popa” en el país y desde ya el 2023 se vislumbra con buen pie, puesto que producciones como “Asalto en Progreso”, un drama rico en analogías y protestas sociales, llegará al cine local 30 años después de ocurrido el suceso original.

El filme dirigido, producido y escrito por Josell Hernández, es un audiovisual de época, con recursos novedosos. Plantea analogías y protestas sociales a través de un guion invertido, donde los nudos de la trama sirven de anzuelo para mantener la audiencia expectante.

“Asalto en Progreso” muestra la realidad de una parte de la historia dominicana de una manera crítica, social, estética y adornada de pinceladas de humor, que pretende transportar al espectador al año 1993, sin moverse de sus asientos.

Hernández, director de la cinta inspirada en el asalto perpetrado a una de las instalaciones de una entidad financiera, asegura que el filme nació tras el impacto que tanto él como su familia tuvieron a raíz de ese hecho.

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“Lo viví y recuerdo que le dije a mi padre Agapito que un día haría una película de ese hecho. Usamos la historia real, vista e investigada y le adherimos lazos dramáticos para enriquecer la trama con toques de ficción”, reconoce.

El filme “Asalto al Progreso” es producido en asociación por La Aldea Estudio, una empresa que produce películas, documentales tanto nacionales como extranjeras, y el 70% de las locaciones de la película son construidas al estilo de los sets de Hollywood.

Sinopsis

Santo es un odontólogo de 50 años, casado y con una hija, cuya esposa padece un tipo de cáncer; depresiva, a causa de la enfermedad e infidelidades de su esposo.

A Santo, los recursos no le dan para el tratamiento de su esposa y aun así Santo no pierde la oportunidad de salir de parrandas, dejando al descuido también a la otra familia que mantiene a escondidas de Francisca.

Al ser un tipo ludópata (condición que obliga a jugar y apostar), alcohólico y mujeriego, Santo cae en ruina económica y la salida que encuentra es asaltar el Banco del Progreso, llevándolo esto a secuestrar a los que allí estaban presentes y a enfrentarse durante horas a representantes de la ley hasta terminar abatido a manos de estos.

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