Ginebra.– El ministro de Exteriores de Venezuela, Jorge Arreaza, aseguró hoy que las elecciones presidenciales en su país se realizarán, como está anunciado, el 22 de abril y que serán “libres”, a pesar del eventual boicot de la oposición.
El canciller venezolano participó hoy en el segmento de alto nivel de la 37ª sesión ordinaria del Consejo de Derechos Humanos de la ONU y en su intervención alabó las credenciales democráticas de su país.
Entre ellas citó la convocatoria de comicios presidenciales para el próximo 22 abril, “fecha propuesta, por cierto, por la oposición”, afirmó.Dijo que estas elecciones serán “libres”, y aseguró esperar que “todos cumplan con unas elecciones libres”, sin especificar a qué se refería.
Afirmó, además, que esperan que puedan ser verificadas por distintas organizaciones internacionales, como la CEDAO (Comunidad de Estados de África del Oeste) o el CARICOM (Países del Caribe), entre otras.
El canciller recordó que la convocatoria de elecciones se produjo tras el fracaso del diálogo político entre el régimen bolivariano y la oposición en República Dominicana, que a su entender, no llegó a buen puerto porque los opositores “se negaron a firmarlo».
“Fue un desplante a República Dominicana, al presidente dominicano, Danilo Medina, y (al expresidente del Gobierno español) a José Luis Rodríguez Zapatero”, que habían mediado en el diálogo.
Arreaza usó gran parte de su intervención para criticar el “intervencionismo imperialista” de Estados Unidos y de sus dirigentes, y “su grosera intromisión” en los asuntos internos de Venezuela.
“Venezuela es un país acosado por poderes internacionales foráneos que quieren tomar el control del petróleo, del gas, del oro, del coltán, de la tierra fértil nacional”, afirmó, y denunció que cuando habla el secretario de Estado estadounidense, Rex Tillerson, “no se sabe si lo hace en nombre de su Gobierno o de una trasnacional petrolera».
Para demostrar su argumento explicitó que representantes gubernamentales o legisladores estadounidenses citaron a Venezuela en 735 ocasiones en 2017, y 105 veces en lo que va de año.
Por otra parte, desmintió enérgicamente que Venezuela está atravesando una crisis humanitaria, y señaló que si existe escasez, ésta se debe a las sanciones internacionales impuestas injustamente contra su país. Asimismo, negó que haya una “crisis de refugiados”, a pesar de las decenas de miles de personas que han huido de Venezuela y se han refugiado en los países limítrofes, como Brasil y Colombia.
El jefe de la diplomacia venezolana arremetió, además, contra la Oficina del Alto Comisionado de Naciones Unidas para los Derechos Humanos, por “emitir informes infundados” respecto a lo que sucede en Venezuela “sin visitar” el país. Y pidió que el trabajo de esa Oficina y del propio Consejo “no se politicen” ni se usen para justificar “guerras e intervenciones en nombre de los derechos humanos».
Arreaza concluyó citando los avances en las políticas sociales implementadas por su Gobierno, y los logros del Plan Nacional de Derechos Humanos.