Así afecta a los Andes el retroceso de los glaciares

Así afecta a los Andes el retroceso de los glaciares

Glaciar Quelccaya en Perú en 2015. AP - Ricardo Lopez

El glaciar de Humbolt en Venezuela, el Carihuairazo en Ecuador o el Chalcaltaya en Bolivia son algunos de los glaciares andinos que se extinguieron bajo el efecto del cambio climático causado por nuestras emisiones de gases de efecto invernadero. 

Según el Grupo Intergubernamental de Expertos sobre el Cambio Climático (IPCC), el calentamiento global ha provocado la desaparición de entre un 30% y un 50% de la superficie de los glaciares andinos desde la década de los 1980, una de las pérdidas más importantes a escala mundial. Y “entre 2022 y 2024, asistimos a la mayor pérdida de glaciares jamás registrada en tres años”, alertó Celeste Saulo, secretaria de la Organización Meteorológica Mundial (OMM) en el marco del primer Día Mundial de los Glaciares.

Esta pérdida de masa glaciar a escala global amenaza el suministro de agua de cientos de millones de personas, dado que los glaciares cumplen un papel de reservas de agua. La cordillera de los Andes aporta por ejemplo la mitad del caudal del río Amazonas.

Para la ONU, la única respuesta posible para frenar esta tendencia es combatir el calentamiento global reduciendo drásticamente las emisiones de gases de efecto invernadero.

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Alteración de los recursos hídricos en los Andes

Para las poblaciones que viven en ciudades andinas de alta montaña, la dependencia a estos glaciares es aún mayor. Y los efectos del deshielo ya se hace sentir. Varios glaciólogos entrevistados por RFI concuerdan que, en Perú, el volumen de los glaciares en Perú ha retrocedido alrededor de un 40% que en los últimos 30 o 40 años

“La contribución glaciar a los cauces de los ríos muchas veces es muy alta en los Andes [de Perú]. En algunas cuencas ya hay menos agua. Es lo que llamamos “el pico de agua”, o sea un punto de inflexión a partir del cual, a largo plazo, conforme el glaciar se va reduciendo, ya tenemos cada vez menos agua disponible, al menos en la época seca”, observa el glaciólogo de origen alemán Fabian Drenkhan, de la Pontificia Universidad Católica del Perú.

En la región andina, esta agua es crucial para el cultivo de alimentos básicos como la papa, el maíz y la quinoa.

Y las previsiones para finales del siglo no son nada buenas: “al menos la mitad de todos los glaciares de Perú desaparecerán si contamos con un escenario de cambio climático optimista, con un mínimo calentamiento, es decir, si los acuerdos de París son implementados por todos los países y tenemos un incremento de temperatura de 1.5 grados Celsius máximo hacia el año 2100”, indica Randy Muñoz Asmat, geógrafo de la Universidad de Zurich.

Riesgo de inundaciones

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Nevado de Pastorruri en Perú, en la región de Huaraz. AP – Martin Mejia

En paralelo, los volúmenes de algunas lagunas glaciares se expanden peligrosamente conforme se van derritiendo los glaciares río arriba. El reciente caso de la demanda judicial de Saúl Luciano Lliuya contra el gigante energético alemán RWE por las consecuencias del deshielo en Huaraz, es emblemáticode los riesgos de inundaciones. La laguna Palcacocha ha crecido 34 veces y amenaza a la ciudad de Huaraz.

‘Muchas lagunas en el Perú que están creciendo en algunos casos constituyen un gran riesgo”, confirma el investigador Fabian Drenkhan. “Al crecer, la laguna puede llegar a niveles donde se queda cada vez menos estable. Podemos tener algunos eventos como un desprendimiento de un bloque de hielo o de una roca de la ladera que cae en la laguna y genera una ola de presión. Se puede incluso romper su dique el agua va hacia abajo. La laguna Palcacocha ha sido testigo de un de estos eventos que llamamos ‘GLOF’, (Glacial Lake Outburst Flood en inglés), un aluvión en 1941, y ahí fallecieron casi 2000 personas en Huaraz”.

Obras de adaptación

Para limitar los efectos del deshielo, surgen varias técnicas de adaptación, muchas de ellas paliativas.

Inspirándose en una técnica usada puntualmente en estaciones de esquí de países como Suiza, Italia o Francia el gobierno de Venezuela anunció en marzo de 2024 el despliegue con helicópteros de rollos de plástico de polipropileno sobre la superficie helada para protegerla de la radiación solar. Una técnica que suscita escepticismo entre ambientalistas y glaciólogos debido a los riesgos de contaminación plástica.

Al este de La Paz en Bolivia, el cambio climático redujo la disponibilidad de agua para la comunidad de Cebollullo que depende del agua del glaciar Illimani para regar sus cultivos. Para remediar esta situación, los agricultores han recurrido a un antiguo sistema de riego que utiliza surcos en zigzag para ralentizar el flujo de agua y reducir la erosión.

En la región de Huaraz en Perú, se ha instalado un sistema de drenaje del agua para reducir el volumen de la laguna Palcacocha.

Por otra parte, en las regiones donde escasea el agua, el suministro de los embalses de las hidroeléctricas está en peligro. “En este caso la solución técnica que muchas empresas hidroeléctricas prefieren es construir más y más y más reservorios. Pero a nivel social y a nivel ambiental esos grandes reservorios muchas veces son muy cuestionables también”, advierte Fabian Drenkhan, que observa conflictos locales por el uso de los derechos de agua.

Además, las obras de adaptación tienen sus límites: en la Cordillera blanca de Perú, siete de las nueve cuencas superaron el límite de las posibilidades de adaptación.

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