Vista de la capilla ardiente de Gina Lollobrigida, fallecida este lunes a los 95 años, instalada en el ayuntamiento de Roma para dar el último adiós a la actriz italiana y última diva de una generación del cine italiano. EFE/ Massimo Percossi
Roma.– La lluvia también quiso estar presente hoy en la despedida de la mítica actriz italiana Gina Lollobrigida, fallecida este lunes en Roma a los 95 años y cuya capilla ardiente fue visitada por decenas de admiradores que quisieron rendirle un último tributo en el palacio del Campidoglio, la sede del Ayuntamiento de Roma.
“La más guapa y la más grande. Gracias infinitas»- así se despidió Lourdes, una de su fans más incondicionales, en el libro de condolencias que custodiaba las puertas del velatorio en Roma, en el que estuvieron presentes el hijo, el nieto y algunas de las personas más cercanas a la última diva de la Edad de Oro del cine italiano.
Entre ellas se encontraba también el exmarido de Lollobrigida, el español Javier Rigau, de quien la actriz logró la nulidad matrimonial ante la Iglesia tras una polémica boda a la que la propia esposa no asistió, pues se hizo por poderes, y al que algunos acusan de querer hacerse ahora con parte de su herencia.
Rigau, a quien los familiares han dejado solo durante buena parte de la mañana, se mostró notablemente emocionado junto al féretro, que apenas abandonó, mientras decenas de cámaras de televisión le apuntaban.
Poco antes y bajo la mirada de algunos curiosos, los restos de la actriz habían entrado en la imponente sala de la Promoteca del Ayuntamiento en un sobrio féretro decorado con un cojín de rosas rojas y acompañado por varias fotografías de la mítica protagonista de algunas de las películas más famosas de la historia del cine.
El recinto estaba decorado con coronas de flores enviadas por todas las instituciones vinculadas de alguna manera a la actriz y que quisieron recordarla en su despedida- las de la familia, las del Ayuntamiento de Roma, Cinecittà, la productora Anica, el Ayuntamiento de Subiaco, el Ministerio de Cultura, el Archivo Luce y la Asociación de Productores Audiovisuales.
“Ella fue una actriz extraordinaria, una mujer fuerte, libre y autónoma que representó de una forma única el regreso de Italia, un país que estaba renaciendo, y del cine italiano en todo el mundo”, aseguró el alcalde de Roma, Roberto Gualtieri, que recibió el féretro a su llegada al Ayuntamiento.
“Fue una diva mundial y me ha impresionado mucho el afecto con el que está siendo recordada en todo el mundo”, añadió el regidor tras dar el pésame a la familia y amigos de Lollobrigida.
Pese a las bonita palabras de sus seguidores, fueron más periodistas que curiosos los que acompañaron a la familia en las primeras horas del adiós a la “Lollo».
“Hay poquísima gente. No soy capaz de entender el motivo”, lamentó Carla, italiana de 70 años tras su paso por el velatorio, en el que la mayoría de los presentes eran personas de edad avanzada. “Es un ícono del cine. Fue única en los años 50 y 60 y por eso llegó también a América. Se convirtió en una actriz de nivel mundial. Fue una mujer grandiosa y hay que rendirle homenaje” , explicó a EFE Renzzo, un hombre en la cincuentena, uno de los más jóvenes que quisieron asistir a la despedida.
Varios seguidores de la “Bersagliera”, como era conocida Gina Lollobrigida, han acudido al velatorio ataviados con el tradicional sombrero de los bersaglieri, un cuerpo del ejercito italiano cuyo uniforme está tocado por unas llamativas plumas en la cabeza.
Desde lo alto de la escalera que da acceso al Campidoglio observaba Lina, que recordaba a EFE que llegó a conocer personalmente a la actriz- “Era una buena persona y una gran artista, mujer y madre”, detalló.
La capilla ardiente permanecerá abierta hasta las 19-00 horas (18-00 GMT). Mañana se celebrará el adiós definitivo a la gran diva italiana con el funeral en la basílica de Santa María in Montesanto de Roma, conocida como la Iglesia de los Artistas.