Los seres humanos suelen tener altas expectativas de la vida, aunque el doctor James Dobson, en uno de sus libros, diga que estas preparan el camino para la desilusión y no se deben tener, lo cierto es que nadie espera desgracias, al menos nadie las desea, sin embargo, estas ocurren, nadie está exento, ¿se esconde un propósito detrás de cada una?
Respecto a la pregunta anterior, no hay respuestas absolutas, pues lo que representó una tragedia para muchas familias y probablemente no tengan una contestación que los consuele, para Diógenes Marino Gómez resultó un milagro haber discutido con una de las tripulantes de cabina antes del despegue del vuelo 587 de “American Airlines” desde el Aeropuerto Internacional John F. Kennedy de Nueva York con destino a República Dominicana.
Durante una visita al Periódico HOY, Gómez cuenta haber nacido un 12 de noviembre, hace 19 años, a pesar de que su cabeza está cubierta del blanco sabiduría, luego de haberse salvado del accidente aéreo que cobró un saldo de 260 personas, en su mayoría dominicanos en el 2001.
Según testifica, el avión estaba pautado para despegar a las 8:15 de la mañana, sin embargo, se retrasó por más de treinta minutos. Diógenes Marino se dirigía a Cleveland para una cita cardiológica, cuando la tripulante de cabina “le solicitó un boleto que no correspondía”.
“Me puse como una fiera, le dije de todo”, comenta Gómez, quien fue sacado de la aeronave y minutos más tarde se enteró de que había explotado, esto le produjo un “shock” que lo dejó hospitalizado durante tres días en el Hospital “American Center”. Narra, además, que al encontrarse en la lista de los que abordaron el vuelo 587, sus familiares en el país creyeron que había fallecido. Sin embargo, afirma que Dios no quiso que él muriera, pues, de lo contrario no habría podido luchar por todo lo que le quitó Joaquín Balaguer.
Este vencedor toma esta experiencia como un regalo del Cielo para seguir luchando por los bienes que espera le sean devueltos. Su firmeza debe ser imitada, pues, sin importar el tiempo que tarde la respuesta, su alma desborda el color que todos debemos vestir, porque aunque la vida se torne gris, hay que pintarla con esperanza.