Si no hubiese quienes creyeran en los horóscopos, los periódicos no se ocuparían en publicarlos. Hay agencias de servicios periodísticos que suministran horóscopos a centenares de diarios en todo el mundo. Los astrólogos siempre han vivido muy bien, amparados en la credulidad de la gente. Existen tiendas especializadas en la venta de broches y prendedores con los signos del zodíaco. Una señora de mediana edad entró en “un dispensario zodiacal” y preguntó: ¿Tiene un brazalete con el signo de sagitario? –Si, señora, lo tenemos; este le cuesta ochocientos pesos; es de plata con adornos de bronce. La señora abrió su bolso, pago y pidió que le empacaran el brazalete “como regalo”.
Mientras el tendero sacaba el brazalete del exhibidor con cristales, interrogó a la compradora. -¿Cree usted en la influencia de los astros? -Claro que sí; si los planetas y las estrellas afectan las mareas y determinan el clima de cada época del año, pueden influir también en la vida de las personas. Conozco individuos mansos y tranquilos; y sujetos revoltosos, turbulentos, que “pasan la vida dando guerra”. Esto se debe al signo del zodíaco en que han nacido. “Eso no lo despinta nadie”. Hay tipos que nacen para mandar; otros vienen al mundo para obedecer. Unos tienen energía de sobra; otros son “blandongos”.
Me han contado la historia de un médico cirujano, de nacionalidad cubana, que entraba al quirófano con el atuendo propio de sus colegas profesionales… pero descalzo; para que la operación quirúrgica que iba a realizar resultara satisfactoria era preciso “pisar la tierra”, afirmaba este cirujano, intimo amigo de Fidel Castro. Según la mitología griega, para vencer a Anteo el todopoderoso Hércules tuvo que levantarlo en vilo, a fin de que no tocara la tierra, de cuyo calor y humedad extraía enorme fuerza.
Hombres y mujeres de todas las épocas, sin importar las condiciones sociales, ni los niveles de educación, han llamado a las puertas de astrólogos y adivinos para intentar saber “como seria su destino”. Los políticos, quienes usualmente tienen en sus manos los destinos de muchos ciudadanos, también consultan astrólogos. Algunos prefieren brujos del rito “voudu” y viajan a Haití para “someterse a exámenes”; o a buscar resguardos y amuletos. (2012)