La ciencia ha establecido que hasta el caos obedece reglas. Muchos, incluidos “estudiados”, dicen no seguir más que las suyas propias.

Mientras, la naturaleza se rige por ritmos universales, como el día y la noche, las estaciones y las mareas. El corazón y la menstruación, y hasta el canto de los pájaros.

De moda está el “todo se vale, nada es ilícito”…menos aún el displacer. Cero sacrificios o esfuerzos constructivos. Poniendo a un lado a Dios, la Biblia de nuestro escudo, mirando con desdén la historia, la escuela y el maestro. Se nos está yendo el orientador y testimonial diario impreso. Predominan el “twit”, las redes, y demás yerbas tóxicas.

Los contendores, ateos y agnósticos, sin mencionar la depravación patrocinada, se enorgullecen de no tener vínculo ni ligazón con el pasado; pero tampoco compromiso con el presente ni el futuro. Acaso porque sospechan que pasado, presente y futuro son tres momentos rítmicos del Plan Universal.

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A menudo son más extraños que los extraterrestres, o acaso cooptados por seres de otras galaxias.

El asunto es no pertenecer, no comprometerse con los demás en sentido alguno. No compartir creencias, valores, cultura, ni mucho menos territorialidad ni patria.

Para estos “co-terrestres” nuestros la naturaleza humana es totalmente flexible, el sexo no corresponde a patrón alguno, ni siquiera a la preservación de la especie, sino un mero instrumento para el placer sin límites.

Renuncian a educar y administrar el deseo y las naturales apetencias.

Su sensualidad siendo más libre que la psique primaria de tipo animal, próxima al onanismo, y al narcisismo paroxístico.

Sus comportamientos inmediatistas jamás conectan siquiera con ideas ateas o con algún pensamiento propositivo de tipo existencialista, marxista u otros pensadores. Se trata de una a-racionalidad que careciendo de propósito no llega ni a anti racional. Solo un “porque sí o porque no” que no requieren razonamiento ni argumento. Meras conductas producto del deseo y la ignorancia, mezclados con el irrespeto a toda ley y autoridad. A las que el marketing y la manipulación de determinadas élites, elevan a “posiciones de vanguardia” acompañadas de gestos pedantes y prepotentes de las “nuevas clases consumistas”.

Dejaron atrás el sentido del ser habiendo naufragado en el parecer, sin visión alguna del mediano y del largo plazos. Adormecidos por las drogas, la desinformación, las redes, y el auto proclamado derecho a opinar sin saber sobre cualquier tema.

El mundo que anteriormente iba en determinado rumbo, capaz aún de corregir sus desviaciones, hoy se mueve hacia abismos de una diversidad amorfa e imprevisible.

No existe definición compartida acerca del bien común, ya de los partidarios del capitalismo o del socialismo.

A largo plazo estos co-terrestres pueden resultar más peligrosos que los extra-terrestres: mientras los alienígenas tendrían planes de dominación o exterminio, nuestros alienados destruirán, sin proponérselo, nuestra civilización occidental y cristiana, que ha sido el mayor logro que ha producido la convivencia racional y armónica entre los humanos.

Para quienes pregonan que Dios nunca existió, más exactamente, quisieran ver a Dios muerto.