Aumenta el consumo de cocaína entre las clases altas británicas

Aumenta el consumo de cocaína entre las clases altas británicas

Londres. El consumo de cocaína entre las personas de clase alta en Inglaterra y Gales aumentó entre 2017 y 2018 hasta el 3,4 %, el porcentaje más alto registrado en la última década.

Según el informe anual sobre el uso indebido de drogas del Ministerio del Interior del Reino Unido, 3,4 de cada cien personas de entre 16 y 59 años en hogares de Inglaterra y Gales con unos ingresos anuales de, al menos, 50.000 libras (56.205 euros) consumió cocaína el pasado año.

Esta cifra es la más alta desde el periodo comprendido entre 2008 y 2009, cuando el porcentaje ascendió al 3,8 %, y supone la mayor subida desde 2014/15 cuando un 2,2 % de los encuestados en esa franja económica reconoció consumir esta droga.

Por el contrario, un 2 % de las personas de entre 16 y 59 años con unos ingresos inferiores a 10.000 libras al año (11.240 euros) tomó cocaína en 2017/18, frente al 3,4 % que lo hizo en 2014/15.

Estas cifras se han hecho públicas después de que la pasada semana el alcalde Londres, el laborista Sadiq Khan, alertara de que el consumo de cocaína está alimentando la violencia entre pandillas en las calles de la capital británica.

Los delitos a punta de cuchillo han aumentado un 22% en un año en Inglaterra y Gales, según datos revelados recientemente por la Oficina Nacional de Estadística (ONS), algo que, según Khan, viene impulsado por la proliferación de esta droga.

En la misma línea se manifestó este martes la comisaria jefa de Scotland Yard, Cressida Dick, que criticó a quienes se preocupan por el medioambiente y por el comercio justo pero que creen que no hacen ningún daño tomando cocaína.

“Hay grupos de personas que se sentarán felizmente pensando en el calentamiento global, el comercio justo y la protección del medioambiente pero piensan que no hacen daño por tomar un poco de cocaína. Bueno, pues sí lo hacen. Hay miseria en toda la cadena de suministro”, afirmó.

La cocaína en polvo fue la segunda droga más consumida en Inglaterra y Gales desde el pasado año, según el informe del “Home Office”.