Toda actividad dinámica es generadora de conflicto. En todo lugar donde exista poder, intereses, creencias, influencia, controles, personas y grupos es de esperarse la conflictividad. Los conflictos tienen nombres y apellidos: familias, parejas, empresas, partidos, instituciones, religiones, interpersonales y grupales. Pero cada uno tiene características muy definidas en los niveles de escalada y desescalada que los alimenta, influyendo las emociones, el temperamento, el carácter, los valores y tipo de personalidad de los participantes en el conflicto.
27 julio, 2020