Clérigos errantes y ociosos
Tras el espíritu goliardo se escondía el fermento no sólo de la alegría mundana de ese siglo sino, según Carlos Montemayor, el del pensamiento averroísta de la Universidad de París y de algunos movimientos heréticos. Esta carga intelectual, su alegría por el doble sentido del lenguaje. Su devoción por la rima, la pobreza, la libertad […]