Autodestrucción de liderazgos y partidos

Autodestrucción de liderazgos y partidos

Guillermo Caram 

Nuestros liderazgos y partidos se autodestruyen cuando actúan inapropiadamente desde la oposición. Unión Cívica Nacional, baluarte político al caer la tiranía trujillista, se autodestruyó al conspirar contra Bosch, que había ganado elecciones en 1962.

PRSC se autodestruye al no ceñirse a esencias reformistas: disciplina fiscal, ahorro interno, inversiones infraestructurales, preservación ambiental y relaciones con Haití; abandonado mediante alianzas la identidad propia que posee.

PRD por haberse preparado solo para oposición sistemática mediante liderazgos prevalidos en precedentes de combate revolucionario generador de derechos.

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Tremendismo reciente en declaraciones y procederes, de líderes de FP, y PLD, lucen inapropiados. Carentes de consecuencia.

En lugar de darle continuidad al reconocimiento del triunfo de Abinader, FP y PLD se atrincheran rechazando recibir visita presidencial, sometiendo a sus candidatos a abandonar entendimientos insinuados al reconocerlos.

Desoyen lecciones derivadas del sistema de partidos en extinción por mal ejercicio opositor, reiterando errores cometidos: anticipándose a acontecimientos y adelantando oposición sistemática. Argumentan irregularidades sabidas, en base a reglas que aceptaron, al participar en comicios sin denunciarlas contundente y sistemáticamente ante instancia llamada a corregirlas: JCE; irregularidades que ellos practicaron cuando gobernaron e incluso en el reciente certamen que denuncian, desproveyéndose de autoridad moral para protestarlas.

En lugar de ceñirse a lo que nuestra Constitución y leyes consignan a los partidos, procurar interés general mediante políticas públicas adecuadas, adelantan posiciones tremendistas que los descalifican. Mencionan reforma constitucional, obviamente recordando que ellos la propiciaron. Mencionan partido único. Si sucediera, no sería por angurria del partido gubernamental sino por una oposición que dejaría campo libre.

Plantean que se opondrían a reformas conspirando contra ellos mismos al ignorar que de no hacerlas voluntaria y preventivamente, nos expondríamos a correctivos forzosos; como sucedió en Venezuela al ajustarla el FMI en los 90s surgiendo Chavez, desmantelado democracia y partidos. O a pobladas violentas como sucedió aquí en 1984.

Ojalá PLD y Fernández hagan honor a la cultura que sembraron con diálogos nacionales que propiciaron cuando gobernaron. Así contribuirían a sostener y perfeccionar nuestra democracia. Y evitarían su propia autodestrucción.