La autopista Duarte desde Santo Domingo a Santiago, y de esta ciudad a Montecristi, es la vía más peligrosa del mundo. Con una tasa de mortalidad promedio de 43.27 fallecidos por 100 mil habitantes. La carretera inaugurada en 1917, contiene al menos 10 factores controlables de alto riesgo que precipitan accidentes mortales en sus 270 kilómetros lineales.

Estos son: i) no tiene asignada la cantidad suficiente de agentes de DIGESSET; ii) oficiales que tampoco poseen medidores georreferenciados de velocidad, alcohol y control uso del cinturón; iii) masiva circulación de vehículos de carga y camionetas en mal estado, igual que buses deteriorados de transporte colectivo.

Igualmente, iv) motocicletas que circulan deterioradas y sus conductores no tienen cascos homologados con registro numérico; v) alcaldes que fomentan policías acostados al por mayor, construcciones y paradas de comidas irregulares a menos de 30 metros de la vía; vi) autoridades locales que también construyen aceras y contenes para que la gente camine al lado de donde ocurren los accidentes. Con raras excepciones, pintan, cuidan o limpian la vía y sus canaletas pluviales.

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También, vii) se han masificado retornos y accesos irregulares a discreción. Los vehículos de carga circulan por donde les plazca, a la derecha o izquierda; viii) la circulación en vía contraria de motocicletas y camionetas ya es un deporte oficial; ix) decenas de escuelas fueron construidas casi encima de la autopista, y representan un alto riesgo para estudiantes y profesores; y x) se lanzan operativos dispuestos por el primer teniente de campo que se le antoje.

La carretera que transcurre por el Cibao soporta anualmente más de 30 millones de toneladas de productos y más de 200 mil vehículos día. Como se observa, es el punto más crítico para controlar la epidemia de accidentes que nos arropa. Concentremos iniciativas ahí, lo bueno que se logre, se replicará en toda la maya viaria nacional.

Ese es el enfoque de prioridad contenido en el Plan Estratégico Nacional de Salud 2030. Uno de cuyos proyectos emblemáticos, se dirige a resolver esta crisis, más mortal que el Covid, la delincuencia y las enfermedades coronarias.

Destaca la inversión de 3 mil 800 millones de pesos, para ampliar a tres carriles varios de sus tramos. Unabuena inversión del ministerio de obras públicas, que debe ser fortalecida con una vigilancia y control triplicada del caótico tránsito y enredado transporte.

Finalmente, los más de 50 alcaldes y directores de distritos colindantes con la autopista Duarte debieran comprometerse con el Ministerio de Salud, Liga Municipal Dominicana, MOPC, INTRANT y DIGESSET, en una alianza estratégica con presupuesto ejecutable.