Es ignominioso que autoridades normalicen 36% de mortalidad neonatal

Es ignominioso que autoridades normalicen 36% de mortalidad neonatal

Julio Vargas, periodista

Con indignación y horror vi como la dirección del Hospital Materno Infantil San Lorenzo de Los Mina redujo la muerte de bebés recién nacidos (mortalidad neonatal) a un puñado de escuetas cifras que no explican nada más allá de que los decesos neonatales se mantienen dentro del rango de defunciones “Normal” de los últimos años -si es que al 36% de muertes se le puede considerar normal-.

Quizás las autoridades de este hospital, del Servicio Nacional de Salud (SNS) o del propio Ministerio de Salud Pública y Asistencia Social (MISPAS), sean médicos que por los tantos años en la práctica hayan perdido la humanidad y la sensibilidad para tratar estos temas –algo de lo que a menudo se acusa a los galenos-, pero arrojar datos que solo confirman lo que ya se dijo minimizando la vida a un porcentaje sin que realmente se reconozca la responsabilidad de quienes están llamados a garantizar la seguridad de esos infantes deja mucho que desear.

Sin importar si estadísticamente el centro de salud ve como indicador de éxito poco más del 36% de mortalidad neonatal en el primer trimestre de este año y que esto sea similar a las defunciones de los dos o tres últimos años, es imperdonable, inadmisible, intolerable, nefando, ignominioso, y como mínimo cuestionable que la perdida de una vida (sin importar la nacionalidad) no mueva a la acción para evitar que vuelva pasar.

San lorenzo de los mina
Fachada del Hospital Materno Infantil San Lorenzo de Los Mina.

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Una situación más grave aún es que todavía, a varios días de conocimiento público, no se haya explicado cuál es la realidad de la muerte de los neonatos en ese centro de salud ya que si hacemos un ejercicio lógico nos daremos cuenta que la deficiente explicación del centro habla del primer trimestre de este 2023 y la persona encargada del departamento de neonatología del hospital San Lorenzo de Los Mina tiene al menos seis meses al frente de esa dependencia, por lo que, no puedo evitar preguntarme ¿por qué las autoridades de salud no han presentado las estadísticas de los últimos tres meses del año pasado? Esto despejaría muchas dudas, de una u otra forma.

Lo triste es que al conocer más la información ofrecida por la dirección del centro sobre la mortalidad neonatal noté que dentro de las muertes normalizadas por el hospital se encuentran la de un bebé que murió víctima de una infección externa –lo que parece ser algo común y aceptable en estos casos (nótese el sarcasmo)- y otro que murió por quemaduras de segundo grado, sin que tampoco se explique cómo sucedió esta situación, lo que me hace preguntar ¿cómo es posible que esto pase y nadie diga ni haga nada?  

Más cifras de mortalidad neonatal

Sería prudente conocer las estadísticas en el mismo periodo de otros centros maternos infantiles de la red pública de salud para comparar datos sobre la mortalidad neonatal.

Mi indignación creció cuando me enteré de que, precisamente, el Hospital Materno Infantil San Lorenzo de Los Mina ha sido premiado en varias ocasiones por niveles de mortalidad neonatal que exhibe.

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Como periodista mi aporte a la causa debe ser el de no dejar morir el tema, investigar la situación y exponer la información que pueda encontrar, pero como sociedad (a la que también pertenezco) no debemos dejar que esto quede en una escueta e insultante explicación de que en un mes es normal que mueran 34 neonatos en cualquier hospital o clínica del país, debemos exigir que se den las razones reales de lo que esté pasando, que se señalen a los responsables públicamente y que estos sean sancionados como corresponde, así como, una solución real al problema.

Esta sería la única forma en la que podríamos hacer justicia, tardía, pero justicia, a los 34 recién nacidos que murieron el pasado mes de febrero y a su familia, además de dar consuelo a esas otras inocentes víctimas que probablemente hayan muerto sin necesidad y  de las que aún no conocemos sus historias.