Puerto Príncipe.- La tensión y crispación vivida en jornadas de protesta previas en Haití se redujo este viernes de forma considerable en una movilización convocada en Puerto Príncipe por la oposición para exigir la salida del poder del presidente Jovenel Moise.
La enésima “marcha contra la dictadura” partió de la plaza Champs de Mars, ubicada frente al Palacio Presidencial, con aire festivo, banda de música incluida, en dirección a la comuna de Carrefour, en la zona metropolitana de la capital haitiana, escenario recurrente de movilizaciones.
Las protestas son constantes desde que el pasado domingo Moise denunció que opositores habían tratado de dar un golpe de Estado y un día después varios partidos nombraron como “presidente interino» a un juez de la Corte de Casación, Joseph Mécène Jean Louis, en un desafío a la autoridad del mandatario.
En la protesta de este viernes, como pistoletazo de salida se prendió fuego a unos neumáticos a modo de barricada para que los manifestantes, inicialmente menos de un centenar, contaran con la calle para su causa contra el Gobierno que, a su entender, debió disolverse el pasado 7 de febrero.
La quema de neumáticos es un gesto que se repitió a lo largo de todo el recorrido según avanzaba la protesta.
Las estaciones de venta de gasolina del recorrido estaban custodiadas por la Policía, atenta a los movimientos de los participantes en la marcha, aunque los surtidores ya estaban convenientemente blindados por enormes cajas metálicas para evitar los ataques ya sufridos en protestas anteriores.
A lo largo de la marcha se fueron uniendo personas al grupo inicial, pero no pasaron de unos pocos cientos, una pérdida cuantitativa de asistencia que se viene produciendo en las últimas movilizaciones organizadas por la oposición.
El motivo, según se comenta en distintos ámbitos de la sociedad haitiana, es que la oposición no dispone de los recursos económicos para pagar a manifestantes que formen parte de las protestas, un pago que está del todo asumido.
“Todo el mundo lo sabe. La oposición paga a la gente para que vaya a las protestas”, le dice a Efe un conductor de moto, muy acostumbrado a moverse en medio de las marchas donde, según afirma, la mayoría de la gente “no tiene problemas” con Moise, pero va a cambio de una retribución.
A punto de cumplirse una semana del supuesto intento de golpe de Estado del que Moise denunció ser víctima y que desembocó en la detención de una veintena de supuestos conspiradores, la normalidad parece haber vuelto a las calles de Puerto Príncipe.
El tránsito es intenso, como de costumbre, los comercios funcionan con normalidad, igual que la venta ambulante, promoviendo el habitual bullicio de la capital. Solo los colegios, salvo contadas excepciones, se mantienen cerrados.