RIO DE JANEIRO. El legislador que encabezó la destitución de la presidenta brasileña Dilma Rousseff fue arrestado el miércoles como parte de una investigación sobre corrupción en la petrolera estatal Petrobras.
El diputado Eduardo Cunha, que hasta recientemente fue un aliado clave del nuevo presidente Michel Temer, está acusado de corrupción, lavado de dinero y evasión fiscal vinculada a la compra de un yacimiento que Petrobras realizó en el 2011 en el país africano de Benin. Los fiscales dijeron en un comunicado que pidieron la detención de Cunha porque presuntamente representaba una amenaza a la integridad de la investigación y podía fugarse.
También pidieron que se congelen cuentas bancarias en su poder, que suman unos 60 millones de dólares. Cunha fue arrestado en la capital, Brasilia, y luego fue llevado en avión a la ciudad de Curitiba, donde el juez Sergio Moro preside varios casos de Petrobras. En un comunicado, Cunha dijo que su arresto era “absurdo”.
El expresidente de la cámara baja enfrenta varias investigaciones y ha sido acusado de aceptar millones de dólares en sobornos para él y otros políticos. Cunha refuta los alegatos y ha dicho que el objeto de una cacería de brujas por parte del Partido de los Trabajadores, al que pertenece Rousseff. Cunha inició el proceso de destitución en contra de Rousseff en diciembre, cuando era presidente de la Cámara de Diputados.
Eso conllevó a que el Senado votara en favor de destituir a la presidenta en agosto. Para entonces, las acusaciones de corrupción ya habían obligado a Cunha a renunciar a su puesto de presidente de la cámara baja. El mes pasado, se le removió de su puesto en el Congreso y se le retiraron las protecciones legales que tenía contra la presentación de cargos, que gozan los funcionarios electos en Brasil.
Cunha luego comenzó a criticar públicamente a Temer, quien fuera su aliado, y a miembros del gabinete. Anunció que escribiría un libro contando todo sobre la destitución y que los primeros fragmentos serían publicados en noviembre. Los analistas han dicho que si Cunha coopera con los fiscales, podría inculpar a otros en el caso Petrobras y crear más dolores de cabeza para el gobierno. Tras el arresto, la oficina de Temer dijo que el presidente había acortado su viaje a Japón y se esperaba que estuviera de regreso en Brasilia el viernes.