Balaguer, Albuquerque, Abinader

Balaguer, Albuquerque, Abinader

Guillermo Caram 

Ayer cumplieron sé 117 años del nacimiento de Balaguer. Recordándolo recordamos sus procederes gubernamentales, ponderando su aplicabilidad a circunstancias presentes.

P.e.:¿Cuál hubiera sido su reacción como presidente de la república y del partido de Gobierno ante la frase pronunciada por Ramón Albuquerque frente la alianza opositora (PLD-FP) anunciada por presidente PRD- “Un muerto político anunciando un funeral colectivo”- siendo el autor contendiente del presidente gobernante? Tratándose de una frase demoledora, Balaguer no la hubiera dejado pasar desapercibida. Ni a su autor.

Le hubiera dado relevancia. Procuraría incorporar Albuquerque a sus propósitos sea en Gobierno, en dirección de campaña o en partido a niveles compatibles de quien ha sido ministro en la presidencia de la república y presidente del Senado y del partido precursor del PRM.

Chispas y genialidades como la citada no pueden desaprovecharse especialmente cuando el funcionariado gubernamental y partidario carece de ocurrencias comparables.

Balaguer subsanaba críticos involucrando adversarios al Gobierno y/o a sus propósitos. Críticos de CDE fueron designados sus administradores. Designó ministro de turismo a quien fuera fundador del PRD. Acallaba opositores nombrándoles sus voceros.

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Nombró secretario de Estado de las Fuerzas Armadas a quien había acusado de conspirar contra él. Cuando el atentado contra Imbert Barrera en 1967 designó a su conjurado en el tiranicidio, Luis Amiama, Ministro de Interior para que lo investigara; no obstante haberle prohibido, a ambos, visitar cuarteles. Su hermano Fernando, colaborador muy cercano de Balaguer, solía repetir que este era complaciente con adversarios y exigente con los suyos.

El proceder de Balaguer trascendía al terreno de las estrategias políticas.

En 1970, la oposición integrada por el partido socialcristiano, del cual era vicepresidente, junto a otros, amenazó abstenerse de participar en las a elecciones.

Fui llamado por Balaguer, por desempeñarme simultáneamente como subdirector de ONAPLAN, para transmitir mensaje al partido que deberíamos concurrir solos a esas elecciones que consideraba ganadas por “tener millón de votos en bolsillo”; pronosticándonos que así quedaríamos en segundo lugar hasta sucederlo cuando desapareciera.

Ojalá Abinader ponderara estos procederes que coadyuvaron para que Balaguer gobernara por 22 años.