Las ballenas jorobadas son mamíferos marinos que visitan anualmente la República Dominicana con el fin de hacer de las cálidas aguas su nido de amor para aparearse y espacio de parto para dar a luz a sus crías denominadas ballenatos.

Las llamadas yubartas llegan desde las frías aguas de Groenlandia, Canadá, Islandia y Estados Unidos y se establecen al norte del país, específicamente entre la Bahía de Samaná y el Banco de la Plata y la Navidad.

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Desde el 15 de enero hasta el 31 de marzo los turistas tienen la oportunidad de observar a las gigantes del mar desarrollarse en su hábitat natural.

Lo que para ellas viene siendo rutina, para los espectadores resulta un espectáculo con sus aleteos, soplos y golpes de cola. En caso de correr con suerte, podrás verla completa con uno de sus magníficos saltos o sentir las vibraciones de su canto en un intento de los machos conquistar a las hembras.

Este gigante animal marino tiene mucho por dar a conocer. Por eso, partiendo de las declaraciones de Aurelio Reyes, oceanógrafo y guía turístico de Moto Marina en Samaná, te contamos datos interesantes de las ballenas jorobadas.

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85 de cada 100 ballenas jorobadas en el Océano Atlántico Norte nacen en República Dominicana.
Normalmente una ballena dura sumergida aproximadamente de 8 a 15 minutos pero pueden permanecer hasta una hora bajo el agua sin respirar.
Las ballenas adultas durante su estadía en el país caribeño no comen, sólo alimentan diariamente a los ballenatos con casi 50 galones de leche.
La leche tiene una consistencia tan espesa que pareciera pasta de dientes o yogurt en el agua.
Los ballenatos aumentan en promedio 100 libras diarias.
Las ballenas jorobadas adultas se alimentan en las aguas frías del Océano Atlántico Norte.
Su garganta es pequeña similar al tamaño de una pelota de baloncesto y su lengua mide el tamaño de una jeepeta.
Tienen barbas dentro de su boca que sirven de colador al momento de comer y con la ayuda de su lengua presionan su comida contra la mandíbula produciendo burbujas alrededor de su presa.
Sólo se reproducen en aguas calientes.
Las ballenas pueden nadar unos 27 kilómetros por hora.
Estos animales se valen más por lo que perciben a su alrededor que por lo que ven, ya que sus ojos son muy pequeños y están distantes uno del otro. Por esto, los nódulos en su cuerpo tienen pelos que juegan como censor y les avisa lo que hay en su alrededor.
Los machos son los únicos que cantan y lo hacen con el objetivo de conquistar a las hembras como una demostración de que es el adecuado para procrear. Este canto es considerado como el más complejo de la naturaleza. Dicha canción cambia cada temporada y todos los machos cantan la misma.
Las ballenas abandonan a su cría si entienden que no sobrevivirá.
Las ballenas no son animales que formen lazos o grupos sociales duraderos; sólo se unen para reproducirse y alimentarse.
Las hembras se embarazan durante un año y pueden tener más bebés con otro macho en un lapso de 2 o 3 años.
Las ballenas se embarazan en aguas calientes, regresan a aguas frías para alimentarse y vuelven en un año al trópico para dar a luz.
Al nacer un ballenato se cree que lo primero que sale es la cola y que ayudan a su progenitora en el proceso de parto; los bebés lo primero que hacen es subir a la superficie a tomar aire.
Durante los primeros días el recién nacido está descansando encima de la cabeza de su mamá y se mantienen cerca de la superficie.
Una ballena puede vivir en promedio 50 años y puede llegar hasta los 100 años; su edad reproductiva es de 6 años las hembras y 9 años los machos.
Para conquistar a una ballena hembra los machos pueden llegar a pelear.
Su canto es tan fuerte que puedes sentir tu cuerpo vibrar y se escucha a kilómetros de distancia bajo el agua.
Por sus aletas pectorales donde estén ubicadas el agua se torna verde turquesa indicando que están cerca de la superficie.
Los soplos que se observan es aire condensado que sale cuando la ballena respira mediante su orificio nasal el cual se encuentra en la parte superior de su cuerpo.