Una banda cercana a la capital de Haití tendió una emboscada y mató a tres agentes de policía el domingo, en el último ataque contra un departamento de policía con escasos recursos y financiación, que ha informado de la muerte de casi dos docenas de agentes en lo que va de año, según las autoridades.
Los asesinatos se produjeron en Thomassin, un barrio mayoritariamente de clase alta al sur de la capital, Puerto Príncipe, controlado por una banda llamada «Ti Makak», que se traduce como «Pequeños Macacos».
Los detalles de los asesinatos fueron facilitados por un agente que sobrevivió al ataque, según el Sindicato Nacional de Agentes de Policía de Haití, que se declaró entristecido por la noticia.
El Primer Ministro haitiano, Ariel Henry, condenó los asesinatos y expresó sus condolencias.
«Nuestros hermanos policías han caído hoy, una vez más, bajo las balas asesinas de matones sin ley. Deploramos estos actos de barbarie», tuiteó.
Añadió que su Gobierno está haciendo todo lo posible para crear un clima de seguridad y estabilidad «en un país demasiado magullado y afligido.»
Al menos 21 policías han sido asesinados en lo que va de año, mientras las bandas siguen luchando por el territorio y haciéndose más poderosas desde el asesinato del presidente Jovenel Moïse en julio de 2021.
También se atribuyó a la banda Ti Makak el asesinato de otros tres agentes en septiembre en la cercana localidad de Laboule.
Además, el año pasado mataron a tiros e incendiaron a dos periodistas en esa zona, así como a un ex senador y a su sobrino.
En octubre, el Primer Ministro haitiano, Ariel Henry, y otros altos funcionarios solicitaron el despliegue inmediato de tropas extranjeras para ayudar a combatir a las implacables bandas, pero hasta ahora el Consejo de Seguridad de la ONU, junto con Estados Unidos y Canadá, han optado por imponer sanciones.
La comunidad internacional también ha proporcionado equipamiento, formación y otros recursos a la Policía Nacional de Haití.
A mediados de marzo, se atribuía a las bandas la muerte de al menos 531 personas y el secuestro de otras 277 en la capital, Puerto Príncipe, y zonas cercanas.
Otras 160,000 personas de este país de más de 11 millones de habitantes se han visto desplazadas por la violencia, según la ONU.
«La inestabilidad crónica y la violencia de las bandas han contribuido al aumento de los precios y a la inseguridad alimentaria. La mitad de la población no tiene suficiente para comer», advirtió el mes pasado la Oficina del Alto Comisionado de la ONU para los Derechos Humanos.
«Nos preocupa gravemente que la violencia extrema siga fuera de control en Haití».
La ONU calcula que las bandas controlan ahora hasta el 80% de Puerto Príncipe y sus alrededores.