“Dios hizo que mis palabras fueran poderosas como flechas, como espadas afiladas. Dios me protegió, me cuidó, y me dijo: “Tú eres mi fiel servidor; gracias a ti daré a conocer mi poder”. Dios me formó desde antes que naciera para que fuera yo su fiel servidor, y siempre estuviéramos unidos. Para Dios, yo valgo mucho; por eso él me fortalece”. Isaías 49:2-3, 5.
El plan de Dios para con la mujer desde el inicio de la creación fue maravilloso, puso en ella una esencia especial que la hace diferente al genero opuesto. Para muchos, la mujer ha sido vista como referencia de debilidad, mientras, que Dios ha visto a la mujer como un ser de vida, capaz de dar vida.
No fue coincidencia que el Mesías, el Salvador de la humanidad, llegara al mundo a través de una mujer. Pues el Padre, en su infinita sapiencia hubiese podido crear otro plan para que Jesucristo, Dios encarnado, viniera a la tierra. Mas no fue así, porque este acontecimiento dejaba claro que la mujer siempre ha sido valiosa antes los ojos de Dios.
A ti mujer que me leer, quiero decirte que, el propósito de Dios en tu vida no se limita a tener hijos, aunque es la voluntad de Dios que el hombre y la mujer se reproduzcan y llenen la tierra. Sin embargo, lo de Dios para ti trasciende el mundo físico y es eterno.
Te digo esto, porque a lo largo de mi vida he conocido mujeres que por condiciones ajenas y/o designios de Dios, no han podido procrear, mas, muchas de ellas cargan algo poderoso, y es que son SEMILLAS que donde llegan DAN VIDA. Su sola presencia hace florecer el desierto más árido. Se construyen desde sus ruinas para luego ser columnas para otras mujeres.
Ellas, hacen fluir corrientes de agua en tierra seca. Cuando hablan, sus palabras no son vacías, porque vienen llenas del conocimiento de Dios. Mujeres, que saben que el botín de esta guerra no se gana compitiendo, porque la recompensa no son las cosas materiales de esta tierra, sino, que el gran tesoro por el cual luchan es la SALVACIÓN.
Hoy quiero que sepas, que tu vida no se encuentra en tu matriz ni en tus órganos reproductivos, tu vida se encuentra en Cristo, aquel que dio su vida en el madrero para hacerte valiosa y extraordinaria, sin importar tu condición económica, social o intelectual. Jesucristo, es tu única garantía de vida que te permite portar, ser y dar VIDA.
Si aún no has recibido a Cristo, hoy es un excelente día para entrégale tu vida.
Dios te bendiga.
Dios te guarde.