«Y el Señor dijo a Gedeón: El pueblo que está contigo es demasiado numeroso para que Yo entregue a Madián en sus manos; no sea que Israel se vuelva orgulloso, y diga: Mi propia fortaleza me ha librado”. Jueces 7:2

En esta hermosa historia que se encuentra en las Sagradas Escrituras, podemos ver que Dios no necesita de mucho para dar grandes victorias, pues no es con fuerza humana sino con su poder. Esta es una forma del Señor trabajar en el hombre y la mujer la dependencia de Él, para que todo triunfo experimentado lleve el sello de Jesucristo. Pues toda la gloria le pertenece a Él. «A Dios sea la gloria, pues por su poder eficaz que actúa en nosotros, él puede hacer muchísimo más de lo que nos podemos imaginar o pedir». Efesios 3:20

La naturaleza humana muchas veces nos lleva a depender de cosas que creemos que necesitamos para poder obtener éxito en alguna área. Nos esforzamos a un punto en que nos desgastamos y cuando no vemos los resultados, hasta nos frustramos. Ojo, esto no quiere decir que sea malo esforzarse, el detalle está en que no sirve de nada el sacrificio cuando Dios no respalda lo que se persigue, por eso es tan importante conocer la voluntad de Dios.

Un buen ejemplo de esto es Gedeón, quien tuvo la intención de irse a la batalla con 32 mil hombres y de esos, el Señor solo eligió 300. En unas minuciosas pruebas se fueron eliminando los que Dios entendía que no eran valientes. Mas, la idea era quitarle toda probabilidad y capacidad humana a Gedeón y al pueblo de Israel, para así darle paso a la intervención divina, esa que no importando las circunstancias tiene resultados maravillosos.

Querido/a amigo/a que me lees, Dios no necesita de tus recursos para vencer, sin embargo, para tú ser vencedor/a si lo necesitas a Él.

Oro a Dios para que hoy le entregues a Él todas tus probabilidades, habilidades o armas naturales. También oro, para que puedas entender por medio de su Palabra que el Señor no necesita de manos humanas para entregarte la victoria, solo Él desea que le creas y le ames.

Dios te bendiga.

Dios te guarde.

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