WASHINGTON — El presidente Joe Biden inauguró el jueves una conferencia internacional para la defensa de la democracia, sonando la alarma sobre el resurgimiento de las tendencias autoritarias en el mundo.
Biden declaró que este es un momento crucial para que los líderes mundiales apuntalen las libertades democráticas. Al hacer un llamado a la acción, hizo referencia a sus propios esfuerzos para impulsar leyes de defensa del voto en Estados Unidos, y los desafíos que enfrentan las instituciones democráticas del país.
“Este es un tema urgente”, expresó el mandatario al dar inicio a la cumbre, que se realizará de manera virtual durante los próximos dos días. “Los datos que estamos viendo por lo general apuntan a la dirección equivocada”, añadió.
La cumbre, uno de los objetivos que Biden se había trazado para el primer año de su presidencia, surge luego de varias instancias en que el mandatario ha insistido en que Estados Unidos y sus aliados deben mostrarle al mundo que la democracia es un mejor modelo político que los regímenes autoritarios.
Es uno de los pilares de la política exterior de Biden, que ha tratado de marcar diferencia con la visión de “Primero Estados Unidos” del gobierno anterior, de Donald Trump.
La cumbre ha sido descrita como una oportunidad para que mandatarios y expertos de unos 110 países colaboren en la lucha contra la corrupción y por los derechos humanos. Pero la reunión ha provocado reacciones furiosas de los principales adversarios de Estados Unidos y los países que no fueron invitados.
Los embajadores chino y ruso en Estados Unidos escribieron en un ensayo conjunto en la revista National Interest que el gobierno de Biden hace gala de una “mentalidad de la Guerra Fría” que “avivará la confrontación ideológica y una brecha en el mundo”.
También se ha cuestionado al gobierno acerca de cómo decidió a qué países invitar. Biden declaró en el evento que el mundo vive una época en que están retrocediendo las libertades individuales y que ello constituye “el desafío de nuestros tiempos”.
Pero Estados Unidos está viviendo sus propios problemas políticos. Funcionarios electos están renunciando a un ritmo alarmante en medio de agrios debates en juntas escolares, oficinas electorales y asambleas ciudadanas.
Varios estados han aprobado leyes que restringen el derecho al voto y el asalto al Capitolio en Washington ocurrido el 6 de enero pasado ha dejado a muchos republicanos bajo la creencia falsa de que Trump fue el verdadero ganador de las elecciones.