El presidente de EE.UU., Joe Biden, denunció este martes que Rusia mantiene una postura “amenazante» contra Ucrania y que todavía es “claramente posible” que invada el país, después de que Moscú anunciara la retirada de algunas unidades militares. En un discurso desde la Casa Blanca, Biden dijo que su Gobierno “todavía no ha verificado” el presunto repliegue de unidades rusas de la frontera con Ucrania que anunció este martes el Kremlin.
“Nuestros analistas indican (que los militares rusos) siguen en una postura totalmente amenazante, y el hecho es que, ahora mismo, Rusia tiene más de 150.000 soldados alrededor de Ucrania y Bielorrusia”, recalcó el mandatario.
Biden aseguró que coincide con el Gobierno ruso en que hay que dar a la diplomacia “todas las oportunidades de triunfar”, y que hay “formas reales de hacer frente a las preocupaciones de seguridad» tanto de Rusia como de Ucrania y de Occidente.
“Mientras haya esperanza de una solución diplomática que prevenga el uso de la fuerza y evite un sufrimiento humano increíble, lo seguiremos intentando”, prometió.
Sin embargo, subrayó que es “claramente posible” que Rusia invada al país vecino, y dijo que si lo hace, desatará “una guerra elegida, una guerra sin causa ni razón”, que tendrá costes humanos “inmensos» para Ucrania y graves consecuencias “estratégicas” para Moscú.
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Reconoció que un ataque ruso a Ucrania tampoco sería “indoloro» para Estados Unidos, porque podría haber “un impacto en los precios de la energía” para los estadounidenses, que ya son altos, por lo que la Casa Blanca está tratando de “aliviar la presión” en ese mercado.
“El pueblo estadounidense entiende que defender la democracia y la libertad siempre tiene costes”, indicó.
Biden añadió que, si es necesario, Estados Unidos “defenderá cada centímetro del territorio de la OTAN con la fuerza completa del poder estadounidense”, en caso de que haya un ataque contra países que, al contrario que Ucrania, sí formen parte de la Alianza Atlántica.
El mandatario confió en que Rusia “elija la diplomacia”, por “responsabilidad histórica” y por “la estabilidad global”, pero advirtió que Estados Unidos y sus aliados “no dudarán en responder» si Moscú opta por una invasión, algo que el Kremlin asegura que no desea hacer.