El secretario de Estado de Estados Unidos, Antony Blinken, pondrá sobre la mesa durante su próximo viaje a Pekín el problema del fentanilo, cuyos precursores químicos se exportan de China a México, donde, según Washington, se fabrica la sustancia.
“Esperamos plantear durante el viaje nuestras inquietudes sobre las actividades de China en varias áreas”, expresó el portavoz del Departamento de Estado, Matt Miller, en su rueda de prensa diaria.
Miller subrayó que las preocupaciones de Estados Unidos son “bien conocidas” e incluyen el tráfico de fentanilo, la tensión con Taiwán y la “alineación” de Pekín con Moscú en la guerra de Ucrania.
Las fricciones entre Washington y México han aumentado en los últimos meses a raíz del fentanilo, un opiáceo que provoca cifras récord de muertes por sobredosis en Estados Unidos, y a que ambos Gobiernos se acusan mutuamente de no hacer suficiente para frenar su trasiego y consumo.
El Gobierno mexicano ha negado que la sustancia se fabrique en su territorio y ha apuntado a China, que también ha rechazado estar detrás de su exportación.
En una comparecencia ante el Senado en mayo, Blinken denunció que Pekín no estaba “cooperando de forma genuina” con Washington para frenar el narcotráfico.
El líder de la diplomacia estadounidense abordará este asunto de forma directa con sus contrapartes durante su viaje a Pekín los próximos 18 y 19 de junio, que fue anunciado este miércoles.
Blinken retomará así la visita a China que pospuso el pasado febrero tras denunciar la presencia de un supuesto globo espía chino en el espacio aéreo estadounidense.
El viaje, cuyo principal objetivo es el de mantener abiertas las líneas de comunicación entre ambas potencias, es el primero de un secretario de Estado estadounidense al gigante asiático desde 2018.
“Creemos que hemos fortalecido la capacidad estadounidense de superar a China con las acciones y políticas económicas que hemos tomado. Y pensamos que es importante tener esas líneas de comunicación abiertas”, dijo la portavoz de la Casa Blanca, Karine Jean-Pierre, en su rueda de prensa diaria.
Para la portavoz, es la forma “responsable” de abordar las tensiones. “China ha dado y seguirá dando pasos provocativos. (…) Por ello pensamos que una competencia intensa requiere una diplomacia intensa”, dijo.
El representante del Departamento de Estado había explicado este miércoles que aunque Estados Unidos y China discrepan sobre un gran número de asuntos, “es importante que las dos mayores potencias mundiales se puedan comunicar de manera directa para que su rivalidad no derive en un conflicto».
“Por lo tanto, consideramos este viaje como una forma de establecer esos canales de comunicación y aprovecharlos para futuras reuniones y futuros viajes”, remachó Miller.