Boston.- El miembro del Salón de la Fama, Bobby Doerr, que fue leyenda con los Medias Rojas de Boston, falleció a la edad de 99 años, de acuerdo a la información ofrecida por el equipo.
Como jugador de segunda base, Doerr aportó siempre una gran brillantez en sus acciones, pero tuvo aun más reconocimiento por la gran clase y labor humanitaria que realizó fuera del campo. Hasta su muerte, Doerr era el miembro del Salón de la Fama y exjugador de los Medias Rojas con más edad.
“Bobby Doerr formó parte de una era de gigantes del béisbol y se mantuvo como tal siempre”, destacó John Henry, dueño de los Medias Rojas. “A pesar de lo conseguido como segunda base y miembro del Salón de la Fama, su carácter y personalidad siempre brilló de manera especial.
Vamos a extrañarlo». Doerr jugó toda su carrera de 14 años en Grandes Ligas con los Medias Rojas, de 1937 a 1951. Se perdió la temporada de 1945 debido a su servicio militar durante la Segunda Guerra Mundial.
El segunda base era conocido como el “capitán silencioso” en los buenos equipos de Boston en la década de los 40 y principios de los 50.
En los históricos equipos estaban figuras como los legendarios Ted Williams, Johnny Pesky y Dom DiMaggio, con los que luego mantuvo una gran amistad fuera del diamante. Doerr era conocido por su ética de trabajo, confianza callada y la habilidad de ser un líder poniendo el ejemplo.
Después de haber comenzado su carrera a los 19 años, Doerr la acabó con nueve veces llamado al Equipo de las Estrellas, consiguió 223 cuadrangulares y 1.247 carreras impulsadas, además de tener .288 de promedio de bateo. Desde el punto de vista colectivo, el punto alto de la carrera de Doerr fue en 1946, cuando los Medias Rojas tuvieron récord de 104-50 y perdieron ante los Cardenales en una Serie Mundial que se fue al máximo de siete juegos.
El talento de Doerr se vio en dicho Clásico de Otoño, cuando el intermedista bateó .409 frente al pitcheo de San Luis, sin que al final pudiese ayudar a los Medias Rojas a conseguir el título de la Serie Mundial, que fue la asignatura pendiente de aquellos equipos históricos.
Sin embargo, los Medias Rojas, cuando ganaron la Serie Mundial en el 2004 y acabaron con una sequía de 86 años sin el título, Doerr fue uno de los varios exjugadores del equipo de Boston que recibió el anillo de campeón, un gesto de los dueños que hizo muy feliz.