Noelia Callejo, enóloga y segunda generación de bodegas Félix de Callejo, llegó al país para presentar el portafolio de esta bodega reconocida por la finura y elegancia de sus vinos. La experiencia se llevó a cabo en La Bodega de Manuel González Cuesta.
Una experiencia en la que a través de sus vinos pudimos apreciar los paisajes únicos de Sotillo de la Ribera, un lugar privilegiado en la Ribera del Duero que da origen a unos vinos característicos, demostrando la elegancia y el potencial de esta región.
Bodegas Félix de Callejo, fundada en 1989, ahora en manos de la segunda generación, ha iniciado nuevos y emocionantes caminos bajo la dirección de los cuatro hermanos. José Félix y Noelia en la parte técnica, mientras Cristina y Beatriz Callejo, en la comercial.
Bodegas Félix de Callejo, abanderada de la tradición en la producción de vinos de alta calidad, es reconocida internacionalmente por su compromiso con la excelencia, la pasión por el arte del vino y el manejo ecológico, que les han permitido crear vinos con alma, auténticos y llenos de expresión de cada terreno y Noelia Callejo es parte integral de esta historia vinícola.
La experiencia ocurrió en La Bodega de Manuel González Cuesta y allí pudieron descubrir y disfrutar de una selección curada de los vinos de Bodegas Félix Callejo, desde El Lebrero -un refrescante blanco-, hasta intensos tintos como Parajes de Callejo, Majuelos de Callejo, Félix Callejo y Gran Callejo. Cada botella contó una historia única de tradición, innovación y pasión por el vino.
La Bodega de Manuel González Cuesta, comprometida con la excelencia enológica y la conexión con los amantes del vino agradeció a Noelia Callejo por su visita y a los invitados que participaron de esta experiencia memorable.
Acerca de la bodega Félix Callejo
Fundada en 1989 por Félix Callejo. La bodega está formada por 27 viñas distribuidas a lo largo del perfil de Sotillo de la Ribera, en el borde Norte de la cuenca del río Duero, en un entorno privilegiado, por su elevada altitud (830 – 930 m), donde los páramos de las zonas más altas, de suelos calizos, dan paso a medida que seguimos la erosión del valle, a suelos de gravas (antiguos lechos de río), arenales en la zona de pinos, y las arcillas en las zonas más bajas.