LA PAZ. — Bolivia entró el lunes en un vacío de poder e incertidumbre política tras la renuncia del presidente, Evo Morales, presionado por el Ejército y semanas de protestas masivas. También renunciaron todas las autoridades llamadas a sucederle, según la constitución.
La situación era tal que no había fecha para que se reuniera la Asamblea Legislativa, que debía elegir al sucesor de Morales. El presidente de ese órgano y los presidentes del Senado y la Cámara de Diputados también renunciaron.
La Paz, la capital política del país, amaneció el lunes en tensa calma tras una turbulenta noche de violencia. Turbas atacaron y saquearon comercios y las casas de exautoridades y de líderes opositores. Una flota de 15 autobuses municipales de transporte público fue incendiada. En la madrugada la policía salió para repeler la acción de grupos vandálicos.
Las calles de la ciudad todavía seguían sin patrullaje policial el lunes en la mañana. En otras ciudades se mantenían los bloques callejeros opositores. En Santa Cruz, bastión de la oposición, el líder cívico Luis Fernando Camacho llamó a mantener el paro en la ciudad por dos días más hasta que el Legislativo elija al sucesor de Morales.
Tras la renuncia del mandatario también dimitieron el vicepresidente Alvaro García, que a la vez era presidente de la Asamblea Legislativa. La presidenta del Senado, Adriana Salvatierra y el presidente de diputados, Víctor Borda, renunciaron también a sus cargos.
No estaba claro que los legisladores fueran a reunirse el lunes en sesión extraordinaria porque el partido de Morales, el Movimiento al Socialismo (MAS), controlaba casi dos tercios de la Asamblea y era necesario para el quorum.
Políticos y opositores insistieron en que el traspaso de poderes debía ser constitucional. “La Asamblea debe elegir al sucesor, no puede haber otra salida que no sea constitucional”, declaró el expresidente Carlos Mesa, segundo en los comicios por la alianza de centro Comunidad Ciudadana (CC).
El analista constitucional William Bascopé califico que la situación de “emergencia”, “por la jugada perversa (del gobierno saliente) que está llevando al país a la incertidumbre”, tras las renuncias en cascada. También los ministros de estado han renunciado.
Bascopé dijo que la Asamblea Legislativa tiene la obligación constitucional de no dejar un “vacío y dar certezas al país”.
Ante la cadena de renuncias, la senadora opositora Jeanine Añez, segunda vicepresidenta del Senado, reclamó para sí la sucesión. “Estaré el lunes en La Paz para asumir formalmente la responsabilidad siguiendo el orden de sucesión con el objetivo de convocar a nuevas elecciones”, declaró a la televisora Unitel en domingo en la noche.
Otros líderes opositores han sugerido convocar a una “junta de notables” para que asuman el gobierno transitorio. La Constitución prevé que en caso de renuncia del presidente, asume el vicepresidente y de no ser así el presidente del Senado o en último caso el presidente de los diputados.
El lunes no había indicios de que el Ejército estuviera maniobrando para tomar el poder, pero “creo que tenemos que mirar de cerca lo que hace el Ejército en las próximas horas”, dijo Jennifer Cyr, profesora asociada de ciencias políticas y estudios latinoamericanos en la Universidad de Arizona.
“El vacío de poder deja un espacio abierto en el que podría entrar el Ejército”, señaló.
Morales gobernó 13 años y 9 meses y buscaba un cuarto mandato, pero las denuncias de fraude en las elecciones del 20 de octubre desataron semanas de protestas. La Organización de Estados Americanos (OEA) confirmó las irregularidades después de una auditoría electoral.
El paradero del mandatario era desconocido, aunque en su renuncia, dijo que regresaría al Chapare, en el centro del país y donde todavía es presidente honorífico de los cocaleros. Televisoras mostraron imágenes del mandatario aterrizando en el aeropuerto de Chimoré el domingo en la tarde poco antes de su renuncia.
El comandante de la policía general, Yuri Calderón, desmintió las palabras de Morales sobre una orden de detención en su contra. El exgobernante denunció en un tuit que era objeto de persecución policial.
Cuatro personas perdieron la vida y más de cien resultados heridas en violentos choques entre opositores y seguidores de Morales tras las elecciones del 20 de octubre, entre acusaciones de fraude electoral.
El informe de auditoría electoral la Organización de Estados Américanos (OEA) encontró irregularidades y puso en cuestión la primera mayoría de votos que reclamó Morales. Ese informe desencadenó los hechos que precipitaron la dimisión del mandatario.
“Al principio la mayoría de la gente creyó en él como indígena. Era una persona más humilde y accesible, pero durante estos 14 años cambió”, dijo en el aeropuerto de Santa Cruz la lingüista de 43 años España Villegas, mientras esperaba un vuelo a La Paz. “Él logró luchar contra la pobreza, levantó la economía, pero tal vez sus asesores lo no aconsejaron bien. Y él no respetó el voto del pueblo”.