El presidente de Chile, Gabriel Boric, sostuvo este lunes antes de la cumbre UE-Celac en Bruselas varias reuniones bilaterales, entre ellas una con el primer ministro de Haití, Ariel Henry, y otra con el presidente del Banco Interamericano de Desarrollo (BID), Ilan Goldfajn.

Según la prensa chilena que acompaña al mandatario en Bruselas, este agradeció a Goldfajn durante la cita haber «mejorado el clima» en el interior del organismo internacional.

Boric también tuvo un encuentro con el jefe de Gobierno de Finlandia, Petteri Orpo, y con el ministro-presidente de la Región Valona de Bélgica, Elio di Rupo.

La III Cumbre de Jefes de Estado y de Gobierno de la Unión Europea (UE) y la Comunidad de Estados Latinoamericanos y del Caribe (Celac), se inaugura en la tarde del lunes en Bruselas y durará hasta el martes y se celebra ocho años después de la última cita birregional.

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Se espera que, tras la inauguración de la cumbre y antes de la cena oficial, el gobernante chileno se reúna con el primer ministro de Países Bajos, Mark Rutte; el canciller federal de Austria, Karl Nehammer; y la primera ministra de Dinamarca, Mette Frederiksen, según información divulgada por la Presidencia chilena.

El canciller chileno, Alberto van Klaveren, dijo el domingo que el objetivo de su Gobierno durante el foro es «concretar» la modernización del acuerdo que rige las relaciones comerciales entre el país sudamericano y el bloque comunitario.

«Para Chile son días muy importantes, básicamente porque nos interesa poder concretar el acuerdo con la UE que moderniza nuestro acuerdo de asociación», indicó Van Klaveren, quien acompaña a Boric en Bruselas.

Tras cinco años de negociaciones, la UE y Chile anunciaron en diciembre un acuerdo para modernizar el tratado que rige las relaciones bilaterales desde hace dos décadas.

La Comisión Europea envió el pasado 5 de julio al Consejo de la Unión Europea la modernización del acuerdo para que los países autoricen su firma.

Una vez que el Consejo dé luz verde, la UE podrá firmar con Chile el acuerdo, que Van Klaveren definió como «de nueva generación» y «uno de los acuerdos más modernos en el mundo».