¿Borregos o diputados?

¿Borregos o diputados?

Claudio Acosta

Aunque en el país más presidencialista de la bolita del mundo lo que diga el Presidente de la República es lo más parecido a la inapelable voz de Dios, con perdón de quienes puedan sentirse incómodos con la comparación, no deja de ser una prueba al liderazgo del presidente Luis Abinader la aprobación en el Congreso Nacional, y más que nada en la Cámara de Diputados, del proyecto de reforma constitucional sometido a la consideración de los legisladores, que tanto en el Senado de la República como en la cámara baja pertenecen en su gran mayoría al partido de Gobierno.

Y eso será así a pesar de las declaraciones del presidente de la Cámara de Diputados Alfredo Pacheco, a propósito de las quejas que ya han expresado algunos legisladores oficialistas sobre su contenido, de que el PRM consensuará con sus legisladores los aspectos divergentes del proyecto que cursa en el Senado, añadiendo la advertencia de que una vez se logre ese consenso la organización “será rígida con la disciplina partidaria”.

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Uno de esos “aspectos divergentes”, como es fácil adivinar, es la eliminación de 53 de las curules de la Cámara de Diputados, efectivo a partir del 2028, lo que explica la reacción del representante de la provincia Espaillat por el PRM José Miguel Ferreiras; “los diputados no afilaremos cuchillos para nuestras propias gargantas”. El legislador mocano se quejó de que el presidente Abinader los trate como borregos, recordándole a su partido que cada legislador tiene autonomía para tomar decisiones, que aunque exista un compromiso con el partido no pueden obligarlo a aprobar algo con lo que no está de acuerdo.

No sé si será el consenso o la aplicación de la “rígida disciplina” partidaria que prometió Pacheco lo que lo hará cambiar de opinión, pero siendo tantas las gargantas que hay que cortar Ferreiras no debe ser el único al que habrá que convencer de que como mansos y obedientes borregos se entreguen al sacrificio votando por esa reforma.