En las elecciones de 1982, en el Partido de los Trabajadores Dominicanos (PTD) reinaban dos posiciones: participar en el proceso, aprobándose “que fuera en la unidad que se dio con el Bloque Socialista y otras organizaciones, y que los candidatos a la presidencia y la vicepresidencia fueran Fafa Taveras y Juan B. Mejía”, respectivamente.
“A la figura que tenía mayor proyección en el movimiento democrático, abierto, Franklin Franco, se le seleccionó como aspirante a diputado, cuando debió haber sido a la presidencia de la República”.
Esto generó contradicciones en el PTD a tal grado “que una marcha realizada unitariamente concluyó con enfrentamientos, lo que produjo la división con González Espinosa, materializada en 1983”.
Rodríguez hace estos recuentos para reflejar luchas y separaciones en las agrupaciones de izquierda en que ha militado.
El PTD se fragmentó en dos: “Nosotros nos quedamos con la mayoría de la estructura, el otro se definió como PTD, pero cambió de color, dejó de ser marxista, comunista. Su objetivo era llegar al poder con la burguesía, principalmente con el PRD”. Refiere la alianza “con Peña Gómez, que permitió a González Espinosa ser senador”.
Los que quedaron perseguían “levantar la población en lucha, la unidad del movimiento revolucionario” e impulsar la acción democrática a través de la UPA, “debilitada con las divisiones del PTD”.
– ¿Cómo se distinguían, con los mismos nombres, siglas, colores de su enseña?
“Nosotros estábamos con los campesinos, obreros, estudiantes, movilizando al pueblo. Ellos, subordinados a la política electoral y a las migajas que les daba el PRD”. González Espinosa “tuvo dos periodos como senador”.
Reitera: “Se fueron con el PRD. Cuando Hipólito Mejía no había alcanzado el cincuenta más uno, y González Espinosa decidió ir solo en la primera vuelta, y Balaguer decidió reconocer al PRD como ganador, González Espinosa se quedó en el aire, definido después por Hipólito como traidor. Por eso es que ese grupo se va después con el PLD, que los aceptó y les dio migajas que los ha mantenido hasta ahora”.
Define al PTD en el que continuó. “Mantuvimos los principios en los que se fundaba, la línea del trabajo con las masas para organizarlas, movilizarlas, al igual que a los obreros, campesinos, movimientos juveniles”.
Ramón Almánzar, Juan y Roberto Santana, José Serulle, Ignacio Rodríguez Chiappini, Héctor Sánchez y otros permanecieron junto a Rodríguez.
Se producían confusiones con el otro PTD, que aclaraban. Del logo solo los diferenciaba una cayena.
“Decidimos hacer un acuerdo con Nueva Alternativa: desarrollar unificación que nos permitiera concentrar tanto los esfuerzos de esa agrupación como los del PTD, y creamos Alternativa Revolucionaria, que encabezaba Ramón Almánzar”. Iván había abandonado la UPA en 1998.
Cuando la división del PTD, “González Espinosa llevó a la Junta Central Electoral la propuesta de reconocimiento a ellos, aunque nosotros entendíamos que el PTD legítimo éramos nosotros. Enviamos la documentación a la JCE señalándole que no podía reconocer a un partido que no era mayoritario, que se había dividido, pero nos olvidamos que esta es un instrumento de la conveniencia del poder político”. Decidieron no seguir disputando el nombre. “Hicimos la fusión con Almánzar. Ahí concluyó la división”.
Golpeado por la democracia.
A Iván lo ha golpeado la democracia. Preso en los 12 Años de Balaguer, lo encarcelaron en los gobiernos de Antonio Guzmán y Jorge Blanco. En el segundo, protestaba por la presencia de un barco de Estados Unidos anclado en aguas dominicanas.
“La salvación”.
En 2012
“Nos planteamos que lo único que salvaba el proceso era la unidad de los sectores revolucionarios”, y Alternativa Revolucionaria, el PTD marxista-leninista y la Fuerza de los Trabajadores se fusionaron.
“Compañeros que quedaban en la UPA, como Héctor Sánchez, Fulgencio Severino, Rodríguez Chiappini, crearon “Patria para Todos” y, como teníamos coincidencias, decidimos unirnos. El 13 de octubre de 2012 refrendamos el movimiento, que integran Nueva Alternativa, PTD marxista leninista, y Fuerza de los Trabajadores. “Patria para todos “y tod@s)”, está ubicado en una casona de Gascue.
“La UPA era beligerante, nos movilizamos, nos apresaron. Estados Unidos estaba demostrando su supremacía como imperio, y la lucha de la UPA era antiimperialista”.
Lo arrestaron cuando Guzmán por una marcha de apoyo a la lucha sandinista. Era su reconocimiento al triunfo revolucionario en Nicaragua con el derrocamiento de los Somoza. “El Gobierno del PRD no se alineó, y frente a una manifestación de esa envergadura, la Policía desató la represión”. Sin embargo, considera que Guzmán “era respetuoso” de las izquierdas. “Pero nos reprimieron”.
Esa energía siempre alerta, la mente despierta, los ímpetus, le permitieron sobrevivir, también, a dos coyunturas arriesgadas de la historia política: la guerrilla de Manolo Tavárez y la dictadura de Trujillo, “la más sangrienta de América Latina”.
BOSCH NO ACEPTA APOYO
Juan Bosch no aceptó el apoyo que le ofreció el 14 de Junio para detener las conspiraciones del Consejo de Estado contra su Gobierno, por lo que la agrupación se hizo cargo de la situación, según relata Iván Rodríguez Pillier quien, para 1963, era representante de la Juventud Catorcista en la zona Este.
El partido “conocía esa trama y entendió que debía denunciarla y prepararse para enfrentarla”.
En La Romana existía unidad entre los sindicatos obreros y ya Iván había recorrido El Seibo, Hato Mayor, Sabana de la Mar y San Pedro de Macorís con Manolo Tavárez.
Influía en las masas con un programa de radio que producía junto a Carlos Jáquez Rizek, Héctor Mundaray y Chichí Brea y hacía llamados a la lucha en barrios y parques.
Conoció a Manolo en 1962, cuando Radhamés Rodríguez Gómez lo llevó a una recepción. “Me marcó para toda la vida”.
“Contamos con Guido Gil para la formación política”, y luego Manolo les envió a Moisés Blanco Genao, Antonio Lockward, Bienvenido Leal Prandy y “al profesor “Lucky”, “para consolidar ese trabajo”.
Conscientes de su fuerza, una comisión de la organización visitó a Bosch para enterarlo y explicarle cómo contrarrestar la confabulación, pero les dijo que ya lo sabía “y no le dio importancia. Dos días después declaró que el golpe duraría menos que una cucaracha en un gallinero. Entendimos que esa fue la respuesta a nuestra posición”.
El 1J4 decidió encarar el derrocamiento inminente y llamar a una huelga general. “El 25 de septiembre, cuando se ejecutó el Golpe, lo primero que enarboló el Gobierno de facto fue que las conquistas alcanzadas serían respetadas”.
“Mucha gente lo creyó porque con el Golpe estaban la Federación Nacional de Empleados Públicos e Instituciones Autónomas (FENEPIA) y la Federación Nacional de Maestros (FENAMA), dos columnas del PRD, y eso confundió. Pero el PRD no apoyó al Gobierno de Bosch”. Opina que se debió a que el gobernante no permitió la corrupción.
“El 1J4 planteó que aparte de la huelga, el Golpe debía enfrentarse con las armas. El PRD dejó a Bosch solo y Manolo entendió que debía ser defendido”.
Levantamiento armado.
El 14 de Junio preparó “un levantamiento armado en diferentes regiones del país”.
Formó seis frentes guerrilleros. “El del Este se denominó Mauricio Báez”, en homenaje al dirigente sindical asesinado por el régimen de Trujillo.
Integraron a Ramón Cotes y Monchín López “por el peso que tenían en el movimiento obrero”.
Juan María Candelario (Ñaño) “fue soporte para organizar los compañeros desde el campo. Él y Chichí de la Cruz crearon condiciones en “Pedro Sánchez” para conocer la cordillera oriental, organizar el avituallamiento, incorporar campesinos al alzamiento”.
Conquistaron jóvenes, incluyendo dos hijos y un hermano del segundo.
El Frente Mauricio Báez quedó integrado por Pipe Faxas Canto, Juan María Candelario, José Padua Falet, Luis Ibarra Ríos, Adolfo Pérez Sánchez, El Monaguillo; “Pinto”, Domingo Candelario, Iván Rodríguez.
“Estaba también el médico José Antonio Constanzo, entrenado en Cuba. Conocía el área, era de los principales organizadores de la guerrilla”.
El comandante era Luis Genao Espaillat, “que después se convirtió en traidor”. Se integraron, además, Orlando Mazara, Roberto Hernández, de 16 años; Lila Meriño y “Elpidio”, que luego desertó”. El facultativo de la acción fue el doctor Homero Pumarol.
“Como el Golpe se desencadenó rápido, el 14 de Junio no tuvo tiempo para preparar un entrenamiento real, pesaron más el patriotismo, restablecer la libertad y la democracia. El Monaguillo, por ejemplo, medía seis pies y medio y era miope”.
El vehículo se volcó cuando se dirigían a la montaña. El Monaguillo sufrió un golpe en la cabeza que lo dejaron sordo y ciego. Constanzo resultó herido en una pierna.
“Parques, ametralladoras Cristóbal, M-1, Thompson y Máuser, cortas y largas, y otras para acciones de contacto” eran sus armas.
La mayoría de los combatientes se concentró en la Capital. Iván fue acogido por Luz Cabrera, en la Pasteur 37-A, junto a Domingo Candelario, Adolfo Pérez Sánchez y algunos de San Francisco de Macorís. Esperaron un mes. En una ocasión los reunieron para salir, “y el Gobierno cerró las entradas a los pueblos”. Se escogió el 25 de noviembre, pero “el 22 asesinaron a Kennedy, había un movimiento represivo pensando que podíamos levantarnos”.
Se acordó el 28 de noviembre. A la 1:00 p.m. Iván y acompañantes fueron llevados a unas ruinas de la UASD. Abordaron diferentes vehículos.
La ruta para esquivar registros fue: La Romana, Cruce de Pavón, Higüey, Nisibón, Miches, “subir la carretera que va a El Seibo, llegar a Pedro Sánchez y empezar el ascenso a la montaña”.
Llevaban uniformes, cantimploras, hamacas, frazadas, alimentos enlatados…
La misión se inició a la 1:00 de la madrugada con incertidumbres y traiciones, pero con decisión y valor. El Mauricio Báez fue el frente de mayor permanencia: 16 días.
Es increíble cómo Iván pudo sobrevivir para contarlo.