De pisarle los talones en las encuestas a Dilma Rousseff, actual presidenta y candidata, a tercera en los resultados definitivos. Marina Silva, con su «derrota», dio una de las grandes sorpresas de las elecciones presidenciales brasileñas.
La victoria de Rousseff, que obtuvo el 41,6% de los votos, parecía anunciada de antemano.
Pero la candidata del Partido de los Trabajadores, en el poder desde hace 12 años, no se medirá en segunda vuelta a la líder ambientalista.
En cambio, su rival será Aécio Neves, del Partido de la Social Democracia Brasileña (PSDB), considerado de centro, quien cosechó un inesperado 33,6%.
Marina Silva se quedó en poco más del 21%.
Lejos quedan las primeras encuestas electorales que, en agosto, señalaban como favorita a Silva, del Partido Socialista Brasileño (PSB).
La campaña de Marina había ganado impulso luego de la muerte de su compañero de fórmula, Eduardo Campos, en un accidente aéreo que conmocionó a Brasil.
Pero su empuje comenzó a debilitarse en septiembre.
¿Qué ocurrió en esas semanas finales en la campaña de Marina? ¿Qué pasó con todo el apoyo a su candidatura que mostraban las encuestas?
Los politólogos señalan cinco razones que explican la caída de Marina.
1) Ataques del PT y el PSDB
Tanto el PT como el PSDB implementaron estrategias de ataques directos contra Marina.
«Ella no subió en las encuestas por sus ideas o su plan de gobierno, sino por ser la candidata contra la vieja política, como una opción para derrotar la bipolaridad de PT/PSDB», dijo Rafael Cortez, de la firma consultora Tendencias.
Russeff calificó a Marina como la candidata de «los bancos» y de los «conservadores».
Por su parte, Neves enfatizó las continuas modificaciones al programa de gobierno divulgado por PSB, y en todo momento presentó a Marina, que tiene un pasado en el PT, como «más de lo mismo».
Cortez comenta que «ella optó por asumir una actitud de víctima, que no funcionó. En la práctica terminó transmitiendo una imagen frágil».
2) Tiempo en TV
De acuerdo con los analistas, uno de los factores que más la perjudicó fue el reducido espacio en televisión que tuvo su campaña.
Para la primera vuelta la candidata tuvo dos minutos, Neves cuatro y Russeff 11.
«Para la segunda vuelta será diferente. Todos tendremos diez minutos. Ahí podremos mostrar la onda verde y amarilla que se extendió por Brasil», dijo Marina.
Está claro que el tiempo en TV tuvo efecto, pero también algunos analistas como Vera Chaia, de la Pontificia Universidad Católica de Sao Paulo, advierten que Marina tuvo oportunidades.
«Es necesario considerar que, en los noticieros de la noche y debates, Marina tuvo el mismo tiempo que los otros candidatos para exponer sus propuestas», dijo Chaia.
3) Peleas internas
Marina nunca tuvo un respaldo unánime del PSB.
Un día después de ser confirmada como candidata, el secretario general del PSB, Carlos Siqueira, dejó la coordinación de la campaña presidencial del partido.
Marina es Marina. Ella siempre dejó claro que era de la Red Sostenibilidad, no del PSB
«No voy a participar en la campaña de Marina. Ella no es del PSB», sentenció.
Este domingo, luego de conocerse la derrotada de la candidata, el presidente del PSB en Sao Paulo, Mauricio Franca, volvió a tocar el tema.
«Marina es Marina. Ella siempre dejó claro que era de la Red Sostenibilidad, no del PSB», comentó Franca.
Red Sostenibilidad es el movimiento ambientalista con el que Silva quiso participar originalmente en la contienda electoral, pero que no fue autorizado por el Tribunal Superior Electoral de Brasil.
Antonio Carlos Mazzeo, politólogo de la Universidad Estatal Paulista, va más allá: «Marina llegó al PSB de las manos de Campos y su grupo, que estuvieron involucrados en las disputas internas de poder».
Para acrecentar la tensión, hubo serias divergencias ideológicas entre la candidata y miembros del partido que le restaron apoyo en regiones del país.
4) Inconstencias en el programa de gobierno
De los tres candidatos, Marina fue la que divulgó el programa de gobierno más completo.
El problema fue que el documento de 242 páginas presentado por Marina, resulto ser su talón de Aquiles.
Para empezar, su comando de campaña anunció una serie de «correcciones» después de haber sido publicado.
Una de las más estruendosas fue dar marcha atrás en el apoyo a la criminalización de la homofobia y el matrimonio entre homosexuales, propuestas impulsadas por los líderes evangélicos.
Otro de los ataques se concentró en acusarla de plagiar el Programa Nacional de Derechos Humanos lanzado por Fernando Henrique Cardoso en el 2002.
Dilma, por su parte, denunció que su programa planteaba colocar el petróleo en segundo plano en favor de fuentes alternativas de energía.
5) Imagen frágil
Los esfuerzos de los adversarios para mostrar una candidata políticamente débil, incapaz de enfrentar las dificultades inherentes a la presidencia, también parecen haber tenido éxito.
En este punto contribuyó mucho cuando Marino lloró al leer las críticas que el ex presidente Lula Da Silva formulara en su contra.
«Soy una persona sensible, pero no pueden confundir sensibilidad con flaqueza», se defendió la candidata.
Su supuesta debilidad fue ampliamente explotada por los opositores, quienes dijeron que no podría asumir el reto de implementar una «nueva política» en el país.
«Muchos electores comenzaron a desconfiar de su propuesta de una nueva política: no entendieron como pretendía gobernar sin hacer alianzas con otros partidos», concluyó Mazzeo.