Bueno es lo bueno, pero no lo demasiado. Yo, precisamente, no recuerdo de quien procede la muy «inteligente» frase. No lo recuerdo. Pero me parece que no deberíamos olvidarla.
Yo, que he vivido muchos años (digo muchos, no demasiados) he observado en dos campos muy cercanos a todos, el desarrollo y las claras consecuencias de esta verdad.
Uno de los campos es la velocidad en las carreteras. Digo, calles, spress ways, etc.
Recordaba el otro día cuando, tiempo atrás, me era frecuente ver algunos hombres en el estribo del carro que por allí pasaba. (Y supongo que usted sabrá a qué me refiero como estribo del carro). Muy pocos vehículos tienen hoy estribo. Y me parece que entenderá que esos vehículos con pasajeros en el estribo no corrían a una velocidad mayor de 30 o 40 Kilómetros por hora.
Con el progreso, mejores vehículos, y muy bien pavimentadas carreteras ha aumentado también la velocidad, y por supuesto los accidentes. Los conoce usted a diario.
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Otro campo (iba a decir, que a mi me gusta ver. Pero no es verdad, se me va la vista. Pero la vuelvo a su justo lugar).
Las faldas y las piernas de las mujeres. En mi infancia llegaban casi al suelo. Pero desde entonces no han dejado de subir. Las faldas. Recuerdo todavía los años cuando se decía «hasta las rodillas». Y, ciertamente, ninguna mujer luce elegante con la falda mas arriba de las rodillas.
Por supuesto, los modistos o modistas, buscan otra cosa. Podría decirse que también algunas mujeres.
Yo, últimamente me transo. Eso sí… que no me enseñen el ombliguito.