Caamaño, inmensamente humano..

Caamaño, inmensamente humano..

Freddy Rafael Caamaño Deñó, único hermano que sobrevive al héroe de la Revolución de Abril, habla por primera vez de su intrépido pariente, compañero de estudios en la infancia y con el que compartió fiestas y revueltas

“Nosotros no parecíamos hijos del general Fausto Caamaño, no éramos adulones, éramos libres y papá no permitía que uno de nosotros abusara de nadie”.

Freddy Rafael Caamaño Deñó, el único hermano que sobrevive al héroe de la Revolución de Abril, habla por primera vez de su intrépido pariente, compañero de estudios en la infancia y con el que compartió fiestas y revueltas en la adolescencia porque en la adultez los separó la milicia. “Nunca fui militar, esa era una vida de esclavos”, confiesa el cuarto de la prole del estrecho colaborador de Trujillo.

Además de la dureza de los entrenamientos y la disciplina de los cuarteles, Francis fue víctima del estricto carácter de su padre que no consentía sus altercados y rebeldías aun cuando fueran en defensa de alguna injusticia contra terceros o en perjuicio de su dignidad.

Freddy no solo revela facetas humanas del expedicionario de Caracoles, también desmiente que fuera arbitrario y férreo antes de convertirse en revolucionario. Y aprovecha para esclarecer la muerte de su hermano Emerson, sobre la cual circulan versiones inexactas.

“Todavía dicen que a Emerson lo mató Ramfis; otros que fue su amigo Fernando Roque y hasta dijeron que estaba disgustado con papá”. Cuenta los detalles de esta tragedia y concluye en que fue el propio hermano quien se disparó suponiendo que el arma estaba vacía. Intentaba demostrar a dos amigos, entre ellos Roque, que a un revólver calibre 32 no le quedaban tiros y conservaba el que le quitó la vida. Afirman que lo mandó a matar Ramfis porque el muchacho en ocasiones hablaba mal del dictador.

Niega que Francis fuera abusivo. “Era el que tenía más carisma y don de mando, y no era fácil, cuando daba una orden había que cumplirla. Era fuerte, nadie le faltaba el respeto porque le daba una bofetada, pero era inmensamente humano”.
¿Trujillista? “Sí. ¿Y no era hijo del general Caamaño? Pero aquí no se ha sabido explicar qué era ser trujillista o antitrujillista. Francis no hablaba de eso”.

Freddy, enemigo de fotos y declaraciones pero de temperamento amistoso, nació el siete de mayo de 1935 y estudió en los colegios María Auxiliadora, Santo Tomás de Aquino, La Salle y en la Universidad de Santo Domingo donde inició medicina, ingeniería civil y agronomía. Después se dedicó a la ganadería y la agricultura en las fincas de su padre. Trabajó en los sectores privado y público y en la actualidad es embajador adscrito a la cancillería a la espera de que lo pensionen.

Desde 1957 está casado con Elisa Pina, madre de sus hijos Freddy Rafael, Liza María, Gina Josefina y Eduardo José.

Francis y Freddy. Fausto Emigdio Caamaño Medina y Eneroliza Deñó Chapman procrearon a Fausto Manuel, Luis Ángel, Francisco Alberto (Francis), Freddy Rafael, Emerson Leónidas, Álvaro Sigfrido y María Milagros. Viven Freddy y Milagros.
Fausto, Luis, Francis y Freddy fueron enviados a la Military Academy of Riverside.

Francis escenificó allí incidentes que merecieron la reacción intransigente de su padre.

“Él siempre se preocupaba por el más infeliz y no quería saber de los abusos”, narra Freddy mientras describe una escena “de discrimen racial terrible” protagonizada en Atlanta por una señora que cayó a sombrillazos a un señor de color por ocupar su misma acera. Francis fue en auxilio del hombre y dijo a la mujer que no la golpeaba por ser mayor.

En Riverside golpeó al hijo del director de la Academia, general Sandy Beeber, porque el alumno se sintió superior y llamó a Francis “maldito latino asqueroso”. “Era un joven alto, blanco, y Francis le dio una golpiza que lo mandó al hospital”.

Lo expulsaron. Él vistió su uniforme del colegio, llegó al aeropuerto y pidió que llamaran a su padre. La reacción del general fue: “¡Tránquenlo!” Pidió un informe a la escuela sobre lo sucedido, lo mandó a la fortaleza Ozama y luego a prisión domiciliaria.

“Era el mejor amigo y se sacrificaba por cualquiera, pero si usted lo ofendía había problemas”, significa Freddy.

Estando en La Salle mandaron a buscar al padre de Francis porque este no quería estudiar. El papá le preguntó qué quería hacer con su vida y contestó que no iba a estudiar, que si quería lo ahorcara, y rompió los libros y cuadernos.

-¡Llévenlo a Sans Soucí, aféitenle la cabeza y métanlo en una solitaria hasta que yo me acuerde de esto!, ordenó Caamaño Medina impidiendo que lo visitara la familia. Un día el jefe de la institución le preguntó si quería seguir preso o si se iba a enganchar a la Marina y escogió lo segundo aunque estuvo tres meses sin salir. Después fue cadete y desató otro lance en la graduación porque sus fuertes eran matemáticas y navegación y un condiscípulo dijo que había sacado las mejores notas por ser hijo del general Caamaño. Peleó con este y pasó otros 30 días preso sin disfrute de sueldo.

Llegó a capitán y luego pasó a Infantería de Marina. Estudió en una academia naval de Virginia y a su regreso continuó carrera en esa entidad. Trujillo lo requirió una vez para que lo acompañara a Washington y partieron en el “Destroyer D-101”, pero Francis debió regresar de urgencia a causa de una neumonía. “Vino infectado con una fiebre demoníaca”. Charles Dunlop observó que le habían dejado restos de una cirugía y lo operó el doctor Abel González.

Desde finales de 1953 estuvo en la Base Naval de Caldera y luego fue asignado a La Victoria, de donde hubo que sacarlo indignado por el trato que se daba a los miembros del 14 de Junio. Fue trasladado al Centro de Enseñanza de las Fuerzas Armadas. “A mí me van a tener que matar aquí adentro”, exclamaría ante los excesos. Empero, debió preparar al grupo que fue a combatir a los expedicionarios de Constanza, Maimón y Estero Hondo pues “era de los mejores instructores que tenía Infantería”.

Freddy relata con recelo las parrandas con su hermano en los bares “El Pérez Prado” y “El Taíno” y las rencillas por celos entre oficiales de la Marina y la Aviación. Una noche llegaron cinco manifestando querer ver cuál era el que tiraba más rápido y Francis exclamó: “Yo les voy a hacer una demostración ¿cuál quiere morir primero?”. Hubo tiros, se cayó la terraza pero terminaron compartiendo todos en la misma mesa.
Freddy no participó de la guerra de 1965 porque Francis le ordenó cuidar a su madre y a su hermana.

En sus ratos libres, el ex Presidente Constitucionalista jugaba gallos, dominó y leía historia internacional.

Los que lo mataron. Freddy opina que su hermano “le quedó grande al país” y se pregunta: “¿Qué han hecho por él? ¡Nada!”, responde. Su deseo es “que busquen a los que lo mataron y que digan donde tiraron sus huesos”.

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