El arte fortalece al espíritu. Le da consistencia y razones existenciales para que no muera en el inmediatismo, ni en las autogratificaciones y, mucho menos, en la conquista de la cultura de la prisa. El colectivo distraído no lo entiende, ni los conquistados por el mercado del consumo, ni los nuevos esclavos de la posmodernidad. El entretenimiento, la movilidad y la existencia placereada nos ha divorciado del talento, el carácter y la creatividad. Los que apuestan a las artes, a la cultura, a la conquista de lo interior, saben que la existencia y la esperanza, se construyen en el día a día. Más de tres décadas movilizan a la gestora cultural Verónica Sención, por la literatura, la poesía, la pintura, las plásticas, la música y la palabra, como destino de una tertulia que prolonga la existencia. Por años bebió de las aguas transparentes y nutrientes de Don Pedro Mir y Juan Bosch.
Ahora doña Verónica invitó al Café Literario a tres reconocidas hermanas: Nathalie, Evelyn y Nicole Peña Comas. Para reconocerlas por su optimismo, talento, disciplina, perseverancia y alta resiliencia para llegar hasta donde llegan los grandes: Viena, Europa, los maestros y la trascendencia musical. Tres jóvenes dominicanas producto de la escuela, de profesores y de la enseñanza musical, vocal y humana, de un país que limita los recursos en la cultura. Verónica Sención, reconocía y creaba la oportunidad para encontrarnos a Nathalie (soprano) a Evelyn (flautista) y Nicole (violonchelista) que hablaron de su niñez, su adolescencia y su juventud temprana dedicada de forma consistente, hasta llegar y elegir su vocación, su identidad, su razón de existencia y la pasión por la que han de vivir, existir y trascender en la vida. Tres hermanas bellas, talentosas, inteligentes y seguras, que supieron lo que a veces cientos de jóvenes no llegan alcanzar: la construcción de los propósitos de vida, a través de aprender a gestionar la adversidad, perseverar en las metas y objetivos, buscar relaciones de calidad, sana autoestima, tolerancia, humildad, ser optimista, no quedarse atrapado en el pasado, aprender a fluir en la vida, reconocer los maestros, los amigos, la gratitud, el apego, el vínculo y el sentido de pertenencia con la familia. Allí se pudo sentir el apego, la consagración y dedicación de la figura de la madre en el desarrollo, las emociones y la personalidad de cada una de ellas. El público, en silencio digería la biografía de las hermanas Peña Comas, su música, sus habilidades y destreza con que celebraban y disfrutaban de las oportunidades que le brindaba la vida. Sus recorridos por Alemania, Francia, Inglaterra, Holanda, etc. En cada país, una experiencia, un desafío, una adversidad que vencer, y una oportunidad que había que gestionar. Cada una de ellas se convertía en una referencia sana para los jóvenes del conservatorio de música, para los estudiantes y adolescentes que piensan que no existe la esperanza, el optimismo, las oportunidades y la conquista de los sueños, sin dejar de hacer lo correcto. Los jóvenes y adultos deben enterarse de la historia, la vida y los perfiles, de las personas que logran propósitos de vida, que son extensivos para que otras personas se estimulen a luchar, insistir, persistir y resistir para triunfar. El Café Literario y Verónica Sención, se convierten en la vía para que las hermanas Peña Comas explicaran cómo se logra la resiliencia en la dura y ardura tarea de la música y las artes.
El ambiente del Café Literario era seductor, estimulaba a incorporar las emociones a la vida. En cada rostro de artistas plásticos, músicos, poetas, maestros de canto, profesionales, amantes de la cultura y la literatura, de la palabra que se expresa en la diversidad; se sentía la alegría, la paz, la armonía y el bienestar por la vida de las personas y los espacios que se convierten en buenas noticias. Antes de las Peña Comas deleitar al público con dos interpretaciones, hablaron de su altruismo y solidaridad en ayudar a niños y adolescentes de San Juan de la Maguana en un coro musical. Ahí, de verdad que me sentí optimista del ser humano, dar y entregar a otros la oportunidad que Dios, sus maestros, la vida, había puesto en ellas. Verónica Sención pronto celebrará sus décadas como gestora cultural. Los amantes y militantes de la cultura y las artes debemos de decir: ¡gracias Verónica por abrir caminos!