En República Dominicana han circulado más de mil medios de comunicación desde el cinco de abril de 1821, cuando Antonio María Pineda fundó “El Telégrafo Constitucional de Santo Domingo”, hasta el presente.
La mayoría han sido periódicos y revistas, aunque en los inicios circulaban hojas sueltas para enfrentar la Anexión a España, de la que era partidario Pineda.
Desde entonces se evidenció el poder de la prensa y el valioso ejercicio del periodismo, oficio que, además de influencias, ha representado persecución, cárcel y muerte, como la encontraron Arturo Freites Roque, Luis Reyes Acosta, Orlando Martínez, Gregorio García Castro, Marcelino Vega, Ramón A. Espinal, entre otros.
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Gobernantes y políticos aprovecharon la preponderancia y el prestigio que dan los medios para promoverse o gobernar sin oposición, como Buenaventura Báez, Pedro Santana y Rafael Trujillo.
“El Eco del Pueblo” era portavoz de los baecistas y “La República” de seguidores de Santana. Báez lo cerró.
Estaba “La Acusación”, cuyos ataques a los santanistas eran virulentos.
A Manuela Rodríguez, La Deana, la persiguieron por los escritos contra la Ocupación Haitiana y la amenazaron con darle “cuatro balazos como escarmiento”. Publicaba “La Chicharra”, en San Juan de la Maguana.
La prensa fue aprovechada por combativos revolucionarios para enfrentar al intruso haitiano. Circuló “El Duende”, dirigido por José Núñez de Cáceres, considerado “el primer dominicano que quiso la libertad de su Patria”.
José María Serra fundó “El Dominicano Español”. Lo distribuía por la noche. Juan Pablo Duarte estuvo entre sus colaboradores.
Otros órganos de los separatistas eran “El Alacrán sin ponzoña” y “El Grillo Dominicano”. Sus protestas merecieron persecución “violenta” de las autoridades haitianas y tuvieron que abandonar el país en 1843, incluido Duarte.
No había escuelas de comunicación ni “periodistas empíricos”. Eran la crema y nata de la intelectualidad. Serra reconoce: “No es posible la existencia de la sociedad sin medios de comunicación, sean legítimos o ilegítimos”. Agrega que “es muy peligroso condenar a los pueblos al mutismo”.
El periódico es la fuente para estudiar el pasado y construir la historia. Sin prensa escrita no habría memoria. En el se inmortalizan “ideas y testigos”, a juicio de Marcos Martínez Paulino, autor de “Publicaciones dominicanas desde la colonia”, del cual se han extraído muchos de estos datos.
Censuras
La prensa fue perseguida durante la ocupación norteamericana de 1916 a 1924. El gobierno militar la sometió a un censor local. Casi todos los periódicos desaparecieron. Gracias a monseñor Nouel se suprimió la orden, “pero entonces se inició feroz persecución contra los periodistas que clamaban por nuestros derechos”.
Fueron apresados Fabio Fiallo, Américo Lugo, Luis C. del Castillo, José Ramón López, Rafael Damirón, José María Pichardo… Horacio Blanco Fombona fue expulsado del país.
La Información, de Santiago, sobresalió por su labor patriótica, al igual que el Listín Diario, El Tiempo, Diario Nacional.
Durante el trujillato, los periódicos de oposición “brillaron por su ausencia”. El Listín enfrentó abusos y fue víctima de atropellos. Encarcelaron a su subdirector, Arturo Pellerano Sardá. Sucumbió en 1942.
Desaparecieron, además, La Opinión y El Diario de Santiago. Surgieron La Nación y El Caribe.
La tiranía desmanteló la imprenta de Renovación, donde se imprimían proclamas contra el régimen, lo que originó la muerte de Ramón A. Espinal y el destierro del director, Julio César Martínez.
Después de Trujillo
Fueron fundados revista ¡Ahora!, El Sol, El Nacional, Última Hora, La Noticia, El Siglo, Hoy. Reaparecieron Listín Diario y Renovación. Nacieron también Diario Libre, El Día, El Expreso, La Verdad, Unión Cívica Nacional, 1J4, Cachafú, Patria, La Hoja y otros. Muchos ya desaparecieron.
Entre los principales eje cutivos de esos medios están Freddy Gatón Arce, Rafael Molina Morillo, Rafael Herrera, Virgilio Alcántara, Moisés Pellerano, Mario Álvarez Dugan, Bienvenido Álvarez Vega, Nelson Marrero, Bolívar Díaz Gómez, Silvio Herasme Peña, Radhamés Gómez Pepín, Miguel Franjul, Juan Bolívar Díaz, Persio Maldonado, Aníbal de Castro, Julio Hazim, Inés Aizpún, José Patricio Monegro, Adriano Miguel Tejada, Nelson Rodríguez, Emmanuel Castillo, algunos fallecidos y muchos más que han contado con la colaboración de reporteros, redactores, jefes de redacción, articulistas, diseñadores, fotógrafos…
La Calle
El cabildo contempló que la clase periodística “es como un rayo de luz fecundador, cuya voz es cual cascada de perlas que corren por nuestro suelo con acento sonoro de brisas que besan el vergel de la verdad”, entre otros considerandos, y el 20 de noviembre de 1974 designó “Paseo de los Periodistas”, la antigua “Calle 2”, del barrio Miraflores.